Port Vila, Van.-
Los primeros equipos de ayuda y toneladas de suministros de socorro comenzaron hoy a llegar a Vanuatu para socorrer a miles de afectados que dejó Pam, un poderoso ciclón de categoría 5, a su paso por el país, ubicado en el océano Pacífico.
Dos aviones de la fuerza aérea australiana y uno de Nueva Zelandia aterrizaron esta tarde en el aeropuerto de esta capital, que pudo ser reabierto este domingo, tras las intensas lluvias y fuertes vientos que trajo consigo Pam, según un reporte de la televisión Al Yazira.
Con vientos de más de 300 kilómetros por hora (kph), Pam tocó tierra el viernes pasado, arrasando con cientos de casas, destrozando un sinnúmero de embarcaciones y provocando deslaves en varias carreteras.
En medio de la alerta declarada por la destrucción que dejó el ciclón, el avión australiano trajo alimentos, material de socorro y medicinas, mientras que el neozelandés llegó con ocho toneladas de lonas, recipientes de agua, paquetes de motosierra y generadores eléctricos.
La ayuda internacional comenzó a llegar a Port Vila mientras las autoridades confirmaron que el número oficial de muertos por el meteoro es de seis, dos menos a los anunciados inicialmente, mientras que los heridos suman 30.
Las autoridades, que describen la situación como “catastrófica”, explicaron que la diferencia entre las cifras inicial y la nueva ocurrió por el colapso de las comunicaciones, que fueron afectadas en al menos 80 por ciento de las islas del archipiélago.
Pese a que el aeropuerto de Port Vila reabrió, las instalaciones sólo serán utilizadas este domingo para permitir la llegada de ayuda internacional, ya que los vuelos comerciales se reanudarán hasta mañana lunes.
La ayuda llegó en respuesta al llamado emitido la víspera por el presidente de Vanautu, Baldwin Lonsdale, quien comparó la tormenta a “un monstruo” y reveló que la mayoría de las casas en Port Vila quedaron destruidas o fueron dañadas.
“La prioridad es encontrar un refugio para que la gente tenga un lugar donde pueda pasar la noche”, indicó.
Un responsable de la Cruz Roja australiana, que logró llegar a la sureña isla de Tonna, al frente de un equipo de trabajadores humanitarios, confirmó que el ciclón dejó “una destrucción generalizada” y que miles de personas requieren ayuda.
“Prácticamente todos los edificios que no eran de concreto han sido aplastados”, señaló al funcionario de la Cruz Roja, tras confirmar la muerte de dos personas en la isla, ubicada a unos 200 kilómetros al sur de Port Vila.
Informes de organismos de la ONU y de la organización humanitaria Oxfam, aún sin confirmar, señalaron que el ciclón mató a 44 personas en una provincia y al menos el 90 por ciento de las viviendas en Port Vila quedaron dañadas.
“Es probable que sea uno de los peores desastres que hemos visto en el Pacífico, la escala de auxilio humanitario necesario será enorme… comunidades enteras han sido devastadas”, afirmó el director de Oxfam en Vanuatu, Colin Collet van Rooyen.
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