Buenos Aires.-
La justicia argentina confirmó hoy una pena de siete años de prisión en contra del expresidente Carlos Menem, declarado culpable de un millonario tráfico de armas a Croacia y Ecuador realizado durante su gobierno (1989-1999), cuando ambos países estaban bajo embargo.
La Cámara Federal de Casación Penal ratificó la pena contra Menem, que incluye 14 años de inhabilitación para desempeñar cargos públicos que se había dictado en 2013 en contra del ahora senador.
Menem, de 86 años, es el único presidente de la historia argentina que ha sido condenado por la justicia, pero es improbable que vaya a la cárcel porque impugnará el fallo ante la Corte Suprema, además de que debido a su edad podría pedir prisión domiciliaria.
El mes pasado, Menem anunció que este año se postulará para renovar su cargo de senador en las elecciones legislativas de octubre, escaño que ha conservado a pesar de que fue condenado en 2013 junto con su fallecido exministro de Defensa, Oscar Camillión, y otros 16 exfuncionarios.
Menem fue acusado de contrabando agravado por haber firmado, entre 1991 y 1995, decretos para vender armamento a Croacia y Ecuador, a pesar de que existía una prohibición expresa de Naciones Unidas para abastecer de pertrechos a esos países.
De acuerdo con las pruebas, el expresidente vendió seis mil 500 toneladas de armas de guerra en lo que se constituyó como uno de los escándalos más graves de su gobierno, el cual estuvo caracterizado por innumerables casos de corrupción.
La investigación inició en 1995, y años después, cuando se descubrió que Menem tenía una cuenta secreta por 600 mil dólares en Suiza, se especuló que podía ser parte de los sobornos que obtuvo por el tráfico ilegal de armamento.
El actual senador quedó detenido por esta causa en mayo de 2001, pero gozó de prisión domiciliaria en una lujosa hacienda de Buenos Aires durante seis meses, hasta que fue exonerado por jueces que ahora son investigados para determinar si recibieron sobornos.
En abril de 2008, la justicia consideró que sí existían elementos suficientes para procesar a quien fuera el hombre más poderoso de este país durante una década y que hoy enfrenta una decena más de indagaciones en su contra por corrupción.
Al reanudarse años más tarde el caso, el expresidente no fue fotografiado en el banquillo de los acusados porque primero solicitó comparecer mediante una inédita videoconferencia desde su natal provincia de La Rioja y su segunda declaración fue cerrada a los medios de comunicación.