México, D.F./Nov. 6
Analistas internacionales coincidieron en que por lo menos durante el primer año de gobierno de Barack Obama México no estará en su agenda de prioridad, aunque las relaciones bilaterales con Estados Unidos se mantendrán sin cambios notables.
Los expertos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) estimaron que la crisis financiera interna será el primer tema a resolver por el presidente electo de Estados Unidos, seguido por la recomposición de la imagen de su país, Irak y Afganistán.
El investigador y articulista Jorge Chabat comentó que si bien una vez que se resuelva el tema económico en el vecino país con la nueva administración, México podría aparecer en el “radar” de Estados Unidos y darse pequeños avances en materia de migración y seguridad.
Aseveró que en materia migratoria México no debe esperar con Obama en la presidencia de Estados Unidos la llamada “enchilada completa”, porque ésta no figura en el menú de la agenda de política exterior de esa nación.
Chabat planteó que si acaso una vez que pase el primer año de gobierno podría haber un aumento en la “cuota” de trabajadores temporales o una regularización de los mexicanos que radican en esa nación desde hace más de 15 años, no se puede esperar la reforma migratoria.
Sobre la seguridad consideró que ésta se incluye en la agenda de prioridades de Estados Unidos, y que el único avance que se podría esperar es alguna otra iniciativa sobre ese tema.
A su vez la también investigadora de la División de Estudios Internacionales del CIDE, Guadalupe González, expuso que Obama tiene el reto de responder a las expectativas positivas que ha generado en América Latina, aunque coincidió con Chabat en el sentido de que no habrá cambios significativos en las relaciones con la región.
Opinó que es viable que el nuevo mandatario estadunidense practique una política selectiva y acotada hacia determinados países y temas especiales en América Latina.
En el caso particular de México previó que no habrá variaciones en los temas de la agenda bilateral que son primero la seguridad y después la migración.
Sin embargo, a su decir, entre los puntos que tendría a su favor el presidente electo de Estados Unidos respecto a la política exterior con América Latina es que iniciará su gestión en un ambiente de optimismo entre las naciones de la región que le facilitará las relaciones bilaterales.
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