Un grupo de alpinistas argentinos escalaba el Monte Everest, cuando se enteraron que el virus ya se había esparcido por todo el campamento.
Se prepararon años para el mayor desafío de sus vidas, pero Pablo Pilotta, Martín Migueles y Luciano Ancía tuvieron que abortar la misión a dos mil metros de hacer cumbre, como se le conoce en el argot del montañismo, pues según declararon a medios internacionales no quisieron poner en mayor peligro sus vidas.
Durante su recorrido pudieron conocer al príncipe de Bahrein, Al-Khalifa, quien también se infectó en un contagio masivo que llegó a unas mil personas, incluidos varios escaladores que aún así decidieron subir la montaña más alta del mundo.
Luciano tuvo que ser internado en una clínica de Katmandú, Nepal, pero no todo fue tan mal para estos tres amigos sudamericanos, pues el millonario príncipe prometió visitarlos próximamente en Argentina.