Madrid / Julio 25.-
Niños discapacitados física y mentalmente son utilizados para probar armas químicas y biológicas en Corea del Norte, declaró un ex militar de ese país a la cadena televisiva árabe Al Yazira.
Im Chun-yong, miembro de los comandos de élite del presidente norcoreano Kim Jong-il, indicó que tras desertar hace 10 años junto con algunos de sus hombres el gobierno intentó detenerlos porque todos tuvieron acceso a varios secretos militares.
“Si naces con alguna deficiencia mental o física, el gobierno te dice que tu mejor contribución a la sociedad es como un conejillo de Indias para probar la efectividad de armas químicas y biológicas”, reveló Im.
Tras haber sido acogido hace 10 años en la relativa seguridad de Corea del Sur, Im guardó este “oscuro secreto” por considerar que era “demasiado terrible” para revelarlo.
Sin embargo, con las recientes noticias del deterioro de la salud del actual presidente de Corea del Norte y la creciente incertidumbre de lo que pasará en ese país, Im sintió que ya era tiempo de hablar.
El ex capitán señaló que fue en los primeros años de la década de 1990 cuando observó a su comandante de ese entonces luchar con la disyuntiva de entregar a su hija de 12 años, quien padecía una enfermedad mental.
Im dijo que al principio su comandante se resistió, pero después de la presión de sus superiores, tuvo que ceder. Im dijo haber visto cómo se llevaron a la niña y su familia nunca la volvió a ver.
Más tarde, uno de los hombres de Im le platicó que fue testigo de las pruebas con humanos, tras estar asignado a la vigilancia de una instalación secreta en una isla en la costa occidental de Norcorea.
Im comentó que el soldado le comentó haber visto cómo varias personas eran introducidas por la fuerza en una cámara de cristal. Le dijo que “fue inyectado gas venenoso en la cámara” y unos médicos midieron cuánto tiempo tardaban en morir esas personas.
Desde hace mucho tiempo, otros desertores norcoreanos han dicho que su país usa a prisioneros políticos como sujetos de experimentación. Algunos narran detalladamente cómo los presos son embarcados desde varios campos de concentración hacia las llamadas “factorías químicas”.
Sin embargo, la de Im es la primera noticia que se tiene de que niños mentalmente enfermos o físicamente impedidos fueron utilizados para probar armas químicas o biológicas.
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