Ciudad del Vaticano.-
El Papa Francisco instó hoy al sector salud de todo el mundo a superar el modelo de atención fría y distante que se da a los ancianos que padecen enfermedades como Alzheimer, y que a menudo son condenados a “tortura de silencio”.
Ante los asistentes a una conferencia internacional sobre personas con padecimientos neurodegenerativos, a quienes recibió en una audiencia en el Aula Pablo VI del Vaticano, el pontífice llamó a dar a los ancianos una mayor atención.
El Papa Francisco exigió servicios adecuados que respeten la dignidad, la identidad y las necesidades del paciente, pero también de quienes lo asisten, sus familiares y agentes profesionales.
“Esto sólo es posible en un ambiente de confianza y como parte de una relación de respeto mutuo”, señaló.
“Vivida así, la atención al enfermo se vuelve una experiencia muy rica, tanto profesional como humanamente, de lo contrario, se vuelve mucho más similar a la simple y fría protección física”, insistió.
El pontífice enfatizó que es “necesario comprometerse para una asistencia que, junto al modelo biomédico tradicional, se enriquezca de espacios de dignidad y de libertad, lejos de la cerrazón y silencios (…) aquella tortura de los silencios”, agregó.
Insistió en que, muchas veces, el silencio se transforma en una tortura por la cerrazón que, demasiado a menudo, rodea a las personas en el campo de la atención sanitaria.
Según el líder católico, es necesario rescatar los aspectos religioso y espiritual de esos pacientes, no obstante sus capacidades cognitivas estén reducidas.
“Hoy, más que nunca, la Iglesia debe dar ejemplo a toda la sociedad del hecho de que los ancianos, a pesar de los achaques inevitables, a veces graves, son siempre importantes, es más, son de hecho indispensables”, estableció.
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