Washington, D.C. / Octubre 11.-
Estados Unidos entró a la recta final hacia las elecciones legislativas del 2 de noviembre, en medio de proyecciones de un posible descalabro para el Partido Demócrata del presidente Barack Obama, incluido el riesgo de perder el Congreso.
Las elecciones, que ponen en juego los 435 escaños de la Cámara de Representantes y la tercera parte de los 100 del Senado, han sido descritas como un referéndum de la presidencia de Obama en momentos que 14.6 millones de estadunidenses carecen de empleo.
“Los votantes no están contentos con lo que ocurre en Washington o con nada de lo que ha ocurrido en Washington en muchos años y los demócratas no tienen mucho de que presumir”, resumió el conocido analista electoral Charlie Cook.
“No hay duda que los demócratas tienen la espalda contra la pared. No tiene precedentes a tantos (legisladores) titulares hacer campaña contra sus retadores”, señaló.
Los demócratas tienen en la actualidad 257 escaños en la Cámara Baja contra 178 de los republicanos. Se requieren 218 asientos para lograr la mayoría en ese órgano, es decir que si los republicanos logran 39 escaños, pueden controlar el Congreso.
Cook estimó que los republicanos lograrán 40 ganancias netas en los comicios de noviembre, suficientes para desbancar a los demócratas del dominio en el Capitolio que lograron en 2006.
En el caso del Senado, donde los demócratas tienen 59 escaños y donde se requieren que al menos nueve cambien de mando, Cook estimó que los republicano ganarán entre siete y nueve asientos, lo cual es insuficiente para arrebatar a los demócratas el control de la Cámara Alta.
La estrategia demócrata incluye vincular a los republicanos no sólo con los intereses especiales, sino con el financiamiento de algunas campañas con dinero extranjero, lo cual es ilegal bajo las leyes electorales del país.
Apenas este fin de semana durante un acto proselitista en la ciudad de Filadelfia, Obama arremetió contra el partido republicano y lo acusó de tratar de ganar la elección con dinero de intereses especiales.
“No dejen que les secuestren su agenda. Los estadunidenses merecen saber quienes están intentando robar su elección y no pueden permanecer impávidos y dejar que los intereses especiales sean los que tomen su voz”, señaló.
Antes Obama había señalado a Karl Rove, el “arquitecto” electoral de la presidencia de George W. Bush, de canalizar millones de dólares a campañas políticas conservadores. El Comité Nacional Demócrata sugirió que era con dinero procedente del extranjero.
Rove respondió la víspera a Obama, y sostuvo que las acusaciones del presidente son “completamente inexactas”.
“Existe una desesperada trama política de la Casa Blanca”, dijo Rove al programa Fox News Sunday. “El presidente acusó a la Cámara de Comercio y el Comité Demócrata me acusa a mi (…) de una violación criminal (…) y no tienen una pizca de evidencia”, señaló Rove.
“Es una tendencia preocupante que el presidente de Estados Unidos embarre a sus adversarios políticos con una lista de enemigos”, añadió.
Pero un funcionario de la Casa Blanca argumentó que existen en las campañas más de 100 millones de dólares cuyo origen no ha sido revelado y por lo tanto es un tema que seguirá siendo parte del debate de cara a las elecciones.
Una encuesta divulgada la semana pasada mostró que los demócratas lograron acercarse a los republicanos en las preferencias de los electores a menos de un mes de las elecciones, pero el ánimo de los electores sigue inclinado hacia los conservadores.
La encuesta de The Washington Post y la cadena ABC encontró que los demócratas lograron en el lapso de un mes reducir la ventaja de los republicanos tanto en intención de voto para el 2 de noviembre, como en el partido más confiable en materia económica.
Entre los votantes probables, los republicanos mantienen sin embargo una ventaja de seis puntos porcentuales, de 49 por ciento a 43 por ciento frente a los demócratas en las elecciones legislativas.
Hace apenas cuatro años los demócratas tenían una ventaja de 12 puntos porcentuales y hasta de 18 puntos porcentuales como el partido más confiable para resolver los problemas del país.
Los republicanos gozan, de acuerdo con el sondeo, de dos ventajas clavas de cara a las elecciones: los votantes conservadores están prestando más atención al proceso electoral y tres de cada diez de ellos creen que son los comicios más importantes de sus vidas.
Por su parte, el sector de votantes independientes, que fueron claves en la victoria del Barack Obama en 2008, sigue inclinado ahora a favor de los republicanos. Un 53 por ciento de ellos votará por los conservadores y sólo 33 por ciento por los liberales.
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