Dallas, Texas / Noviembre 24.-
El número de personas sentenciadas a pena de muerte en Texas disminuyó a su punto más bajo en los últimos 35 años, al existir por parte de autoridades y jurados menos voluntad de imponer este tipo de sanción, reportó hoy la prensa.
El número de sentencias de castigo capital impuestas en lo que va del año asciende a nueve, cuando hace 10 años sumaban 47 en este mismo periodo, de acuerdo con un reporte del periódico The Fort Worth Star Telegram.
Varios factores han contribuido a la fuerte disminución de este tipo de sentencias, pero la principal de ellas, según abogados y fiscales, parece ser la introducción en 2005 de condenas de cadena perpetua sin derecho a la libertad condicional.
El cambio en las leyes estatales dio a los jurados la posibilidad de elegir una opción diferente en los casos de homicidio capital, donde antes sólo podían optar por una sanción de pena de muerte o de cadena perpetua en la que el homicida podría salir en libertad luego de 40 años.
“Con la opción viable ahora de sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional, los jurados se sienten más confortables de que a la persona no se le va permitir regresar a la sociedad”, dijo Joe Shannon, procurador del condado de Tarrant, en Fort Worth.
También algunos argumentan que los jurados carecen de la voluntad de enviar a alguien a la pena de muerte ante la creciente lista de exoneraciones a través de evidencias de ADN y otras sentencias cuestionables.
El senador estatal demócrata, Eddie Lucio Jr., autor de la iniciativa de cadena perpetua sin libertad condicional, dijo que no fue esta modificación a la ley la que ha debilitado a la pena de muerte, sino “la creciente creencia de falta de justicia en nuestro sistema”, judicial.
En los cuatro años que han transcurrido desde la introducción de la cadena perpetua sin libertad condicional, las sentencias de pena de muerte se han reducido en un 40 por ciento en comparación con los cuatro años previos, de acuerdo con cifras oficiales.
Sin embargo, el número de homicidios a lo largo de esos años ha permanecido casi sin cambios durante todo el periodo.
Un total de 13 personas fueron sentenciadas a la pena de muerte en 2008 y nueve más han recibido esa sentencia este año.
Las cifras recientes son muy diferentes a las de hace 10 años, cuando 48 personas fueron sentenciadas al castigo capital.
Texas contaba al inicio de 2009 con 358 personas sentenciadas a la pena de muerte en espera de su ejecución. En lo que va del año 22 de esos reos han sido ejecutados.
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