Filadelfia, EU.-
Los 11 años de Karla Ortiz aparecieron sin miedo ante los miles de delegados demócratas reunidos en Filadelfia con una camiseta negra y una falda corta blanca. Francisca, su mamá, lució más nerviosa, por su hija.
“¡Soy americana!”, gritó la niña. Entonces ,todo el mundo la reconoció: Karla era la infante que, durante las primarias, imploró a Hillary Clinton que no deportara a su familia.
“Valiente. Así me llamó Hillary Clinton cuando le dije que estaba preocupada de que mis padres fueran deportados”, explicó la pequeña. Francisca Ortiz, su madre de origen guatemalteco, es indocumentada.
“Muchos días tengo miedo de que en cualquier momento mi madre y mi padre sean forzados a irse”, contó Karla, dejando volar sobre los delegados una de las palabras más terroríficas que hay en la mente de los más de 11 millones de indocumentados que residen en Estados Unidos y que Donald Trump, candidato republicano, no deja de repetir como amenaza: deportación.
La historia de Karla tiene muchas similitudes con la de la mexicana Astrid Silva, la imagen icónica de los “dreamers”, desde que el presidente Barack Obama la presentara como ejemplo de las penurias que tienen que pasar los migrantes que quieren llegar a EU.
“Mi familia creía tanto en la promesa de este país que lo arriesgó todo por conseguirlo”, relató. Astrid cruzó la frontera con cuatro años en una balsa neumática, con sólo una muñeca entre los brazos.
“Cuando era pequeña no podía hacer lo que el resto de los niños, porque mis padres tenían miedo que descubrieran que era indocumentada”, explicó Astrid. Ella pudo mejorar, cumplió su sueño, pero comparte con Karla el mismo temor: “Seguimos viviendo en miedo por mis padres”.
“Cuando Trump habla de deportar a 11 millones de personas está hablando de destrozar familias”, recordó Astrid Silva. “Pero Hillary [Clinton] hará todo lo que pueda para ayudarnos. Tengo esperanza”, dijo Karla Ortiz. “Me dijo que no me preocupara, porque ella se encargará. Quiere que tenga preocupaciones de una niña de 11 años”, explicó.
“Sólo queremos darle a nuestros hijos una mejor vida”, explicó Francisca, en español. Ella es una madre decidida a seguir trabajando para que su familia pueda estar junta “y poder alcanzar el sueño estadounidense”. La pequeña de 11 años dijo a los presentes que su sueño es ser abogada para ayudar a familias como la suya.
“¡Juntos, se puede!”, gritaron Karla y Francisca, madre e hija, en español. Y los miles de delegados demócratas corearon el lema al unísono. Tim Kaine, candidato a vicepresidente, volvió a reiterar este lunes, en español, que la administración Clinton presentará en los 100 primeros días de su gobierno una reforma migratoria.