Dallas, E.U.-
Un estudio sobre el uso frecuente de la marihuana y sus efectos en el cerebro reveló que los usuarios crónicos de la droga sufren una leve merma de su coeficiente intelectual, más aún si comienzan a usarla en la adolescencia.
El estudio, realizado por investigadores del Centro de Salud Mental de la Universidad de Texas en Dallas (UTD), mostró sin embargo que el cerebro es capaz de recuperarse y volver a restablecer su “cableado” si se deja de consumir la droga y si su uso fue por poco tiempo.
En un artículo publicado esta semana en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), los investigadores de la UTD exponen por primera vez las anomalías en la función y la estructura del cerebro en los consumidores de marihuana.
El estudio en los usuarios de largo plazo recurre a múltiples imágenes de resonancia magnética (MRI).
Los resultados también muestran que los usuarios crónicos de marihuana tienen menor volumen cerebral en la corteza orbitofrontal (COF), la parte del cerebro que regula desde el estado de ánimo a la adicción y la toma de decisiones.
Empero, el estudio también mostró que el cerebro es capaz de volver a restablecerse para compensar la contracción, al menos durante un tiempo.
Pero el uso prolongado y frecuente de la marihuana causa efectos “de largo plazo” en el cerebro y estos efectos son complicados”, explicó la doctora Francesca Filbey, profesora de la Escuela de Ciencias del Cerebro y la Conducta de la UTD y principal autora del estudio.
“Encontramos que la disminución de la estructura (del cerebro), ocurría al tiempo en que se daba aumento de la conectividad”, dijo Filbey.
Añadió que “definitivamente hay una forma en que el cerebro trata de compensar los cambios debido al consumo de marihuana”.
Expuso como dato interesante y sorprendente que los mecanismos de compensación que inicialmente aumentaron, luego de un uso prolongado de la droga, la conectividad comenzó a disminuir.
Esto, añadió, “sugiere que el cerebro puede compensar, pero puede no ser capaz de hacerlo después de su uso a largo plazo”.
El estudio de la UTD parece coincidir con uno emitido en 2012 por la Universidad de Duke, según el cual las personas que empiezan a fumar marihuana en la adolescencia son más propensos a ver una caída en su coeficiente intelectual que los que comienzan más tarde en la vida.
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