Ciudad del Vaticano.-
Benedicto XVI evitó hoy el cansancio de un largo recorrido a pie anulando la tradicional procesión del Miércoles de Ceniza desde la iglesia de San Anselmo hasta la Basílica de Santa Sabina, en el centro de Roma.
El pontífice se trasladó a bordo de un auto eléctrico, una especie de “papamóvil” pequeño y sin vidrio, al encabezar la caminata de unos 400 metros antes de la misa con la cual iniciaron las celebraciones de cara a la Cuaresma, los 40 días antes de la Pascua católica.
En los años pasados caminaba encabezando a cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes y monjes benedictinos del convento de San Anselmo, que participan en la tradicional procesión.
Como confirmó una fuente cercana a la Santa Sede a Notimex el líder católico sufre artrosis en su pierna derecha y por ello padece dolor en sus articulaciones si se somete a extendidos trayectos a pie, especialmente si hace frío como en este día de invierno romano.
Esa es la razón por la cual, desde hace algunos meses, se puso en práctica el uso de la plataforma móvil, un vehículo con ruedas y barandas empujado por los “sediari” (silleros), un cuerpo de colaboradores honorarios al servicio de la Corte Pontificia.
La tarde de este miércoles, después de las 16:30 horas local (15:30 GMT), el Papa presidió la liturgia de las “Estaciones romanas” en la iglesia de San Anselmo, tras la cual se dirigió en el auto eléctrico hasta Santa Sabina, donde celebró la misa.
Durante la homilía el Papa recordó que el signo de la imposición de las cenizas en las cabezas de los fieles, prevista por la liturgia católica para este día, “es una invitación a la penitencia, a la humildad, a tener presente la propia condición mortal”.
Pero aclaró que dicho símbolo no busca llevar a desesperación a los fieles, más bien los debe impulsar a acoger la propia mortalidad, “la impensable cercanía de Dios, que, más allá de la muerte, abre el pasaje a la resurrección, al paraíso finalmente reencontrado”.
“El polvo con el que Dios plasmó al hombre se vuelve, tras el pecado, un signo de inexorable destino de muerte, pero esta maldición del suelo tiene una función medicinal porque la intención de Dios, que siempre es benéfica, es más profunda que su misma maldición”, dijo.
“Cuando Dios dice al hombre: polvo eres y en polvo te convertirás, además del justo castigo también pretende anunciar una vía de salvación, que pasará justamente a través de la tierra, a través de ese polvo, esa carne que será asumida por Cristo”, apuntó.
Discussion about this post