Ciudad del Vaticano.-
A dos años de su elección como Papa, Francisco mantiene un alto consenso popular gracias a la frescura de un lenguaje renovador y cercano a la gente, aunque sigue causando desconcierto en diversos sectores católicos.
La noche del 13 de marzo de 2013 la aparición en el balcón central de la Basílica de San Pedro del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio vestido de blanco, tras el “habemus papam”, sorprendió al mundo y generó enormes expectativas.
Al cumplirse 24 meses de aquel día histórico Antonio Spadaro, director de la revista italiana “La Civiltà Cattolica”, aseguró que la sintonía entre el Papa y la gente ha permanecido intacta, porque ellos reconocen autenticidad en las palabras de Francisco.
“Esto no vale sólo para los cristianos, también otros campos como el político se dejan inspirar por un modo que Francisco ha impuesto. Un estilo de sencillez, de sobriedad, de verdad”, enfatizó el sacerdote jesuita en entrevista con Notimex.
Destacó que uno de los sellos característicos del pontífice es su lenguaje ordinario, que no necesita mediación para ser comprendido, porque está basado en frases y expresiones que lo conectan inmediatamente con las personas.
“Cada uno toma de su discurso lo que necesita, pero sin necesidad de una interpretación que a veces los medios hacen pero que resulta superficial, porque él usa un lenguaje que no necesita de hermeneutas. Esto ha seguramente desconcertado mucho a la opinión pública o los periodistas no habituados”, agregó.
Spadaro fue el primer periodista en publicar una entrevista al Papa en septiembre de 2013 y algunos pasajes de su conversación generaron una encendida polémica mediática.
De la misma manera, ante expresiones coloquiales de Francisco y comentarios genéricos que terminan causando la molestia de diversos sectores, se ha llegado a hablar de la “imprudencia” del pontífice.
Al respecto, el sacerdote reconoció que su estilo de comunicación “corre el peligro de ser instrumentalizado”, porque está basado en un lenguaje próximo a las personas, no álgido, frío, ni distante o estudiado.
“Ciertamente puede estar en riesgo, pero el lenguaje del papa vive en un contexto de relaciones y si se toman frases aisladas, o mal traducidas, no se comprenden. Aún así el valor profundo de sus dichos es captado de inmediato por la gente”, sostuvo.
“Como sus palabras tienen eco en la plaza física, en San Pedro, también tienen un eco en la plaza digital. Entonces vemos que los seguidores de la cuenta del Papa en Twitter llegaron a 19 millones y existe gran interés no tanto por los comentarios a lo que él dice sino por escuchar su voz directa”, puntualizó.
Consideró que este fenómeno es un desafío para los periodistas, que deben repensar el modo en el cual se refieren al Papa, ya que su mediación “puede volverse estorbosa” cuando se puede acceder de modo directo a sus palabras.
Aseguró que Bergoglio está creando “un nuevo equilibrio” comunicativo, porque ha dado entrevistas a grandes medios pero también a periódicos locales o grupos de jóvenes.
De la misma forma, algunos de sus discursos de gran relevancia en realidad repiten cosas ya sabidas, mientras algunas homilías aparentemente secundarias expresan contenidos de importancia, precisó.
“Este no es el Papa de los gestos sino de los procesos y los procesos se desarrollan en el tiempo, que puede ser tranquilo o puede reservar sorpresas. No es la sorpresa a lo que apunta sino a la eficacia de los procesos”, afirmó.
“En este momento prosigue en su obra de renovación. Se puede esperar, más allá de las sorpresas que él considera como ordinarias, una profundización de los procesos iniciados que puedan reconfigurar un rostro aún más evangélico de la Iglesia”, enfatizó.
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