México, D.F.-
Tras 20 años de su escandalosa aventura con el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton, Monica Lewinsky declaró que fue una víctima del poder, pero admitió que la relación que mantuvo con el entonces primer mandatario fue consensual por ambas partes.
“Claro, mi jefe se aprovechó de mí”, pero fue una relación consensuada. Los abusos vinieron después, cuando se convirtió en “chivo expiatorio” para proteger la posición de poder de Clinton, aseguró en un artículo para la revista “Vanity Fair”, del cual se dieron a conocer hoy algunos extractos y cuya versión completa será publicada este jueves en la versión online.
Escribió que la humillación pública que sufrió al revelarse el escándalo, alteró permanentemente el rumbo de su vida. “La administración Clinton, los ‘esbirros’ del fiscal especial, los operativos de ambos bandos políticos, y los medios fueron capaces de etiquetarme. Y esa etiqueta permaneció, en parte, porque fue imbuida por el poder”.
“Lamento profundamente lo que pasó entre el presidente Clinton y yo”, aseguró Lewinsky. Poco después de que el escándalo se hizo público, Hillary Clinton la señaló como una “loca narcisista”, a lo cual Monica asegura haber pensado: “Sí eso es lo peor que dijo, debo ser muy afortunada”.
A finales de la década de los 90, Lewinsky trabajó como pasante en la Casa Blanca. Cuando el “affaire” salió a la luz, este acaparó la atención mediática internacional y casi le costó la presidencia a Bill Clinton, quien en un principio lo negó, pero terminó por aceptar conducta inapropiada con la entonces becaria.
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