Houston, la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos con sus rascacielos de corporativos petroleros que la hacen la capital mundial de la energía, enfrenta la posibilidad real de recibir el azote directo de un huracán la madrugada del sábado.
El huracán Ike, con vientos sostenidos de 165 kilómetros por hora, va rumbo a esta ciudad, en cuya área metropolitana residen 5.6 millones de personas.
Funcionarios públicos y meteorólogos han advertido a la población sobre los fuertes vientos y la intensa lluvia, pero sobre todo de la marejada, que se pronostica alcanzará hasta los seis metros de altura en algunas aéreas bajas a lo largo de la costa.
Autoridades de los condados de Galveston, Brazoria, Jefferson, Orange, Chambers y Matagorda, ubicados a lo largo de la costa al sur y este de Houston, emitieron órdenes de evacuación obligatoria.
También se dio la orden de salir de la zona a unos 245 mil residentes de aéreas vulnerables del condado de Harris, ubicadas en el área metropolitana de Houston.
En respuesta a las disposiciones de las autoridades, miles de automovilistas congestionaron las carreteras que salen de la costa al interior para dirigirse a albergues en ciudades como Austin, San Antonio y Dallas.
El Servicio Nacional del Clima (NWS) de Estados Unidos emitió la noche del jueves una inusual y fuerte advertencia a los residentes de las aéreas bajas en algunas zonas de la costa que decidan descartar las órdenes de evacuación y permanecer en sus viviendas.
Enfrentarán una “muerte certera”, señaló la dependencia, al advertir que “todas las vecindades y posiblemente comunidades costeras completas serán inundadas durante el periodo más álgido de
la tormenta”.
Ike ha pasado las últimas 48 horas sobre las cálidas aguas del Golfo de México y aunque no se ha intensificado la velocidad de sus vientos, lo que lo mantiene aún como categoría dos, sí ha expandido su tamaño para registrar ahora un diámetro de más de mil kilómetros.
Por su extensión, la ciudad de Galveston comenzó a sentir la mañana de este viernes los efectos del huracán con fuertes vientos y grandes olas a lo largo de su malecón, aún cuando falta casi un día para que toque tierra.
Los meteorólogos advierten aún que Ike pudiera variar ligeramente de rumbo hacia el este y golpear otra zona de la costa, que dejaría de lado a Houston y Galveston, como ocurrió en 2005 con el huracán Rita.
Sin embargo, la mayoría de los modelos computacionales de predicción ubicaban a Houston y a sus aéreas bajas del sur y este en la trayectoria del huracán.
“Este huracán es un arma de destrucción masiva”, advirtió David Paulison, director de la Agencia Federal de Administración de Emergencias (FEMA), en una rueda de prensa la víspera en Washington, en la que informó sobre los preparativos para la emergencia.
Se espera que Ike toque tierra la madrugada del sábado, pero sus vientos se dejarán sentir con fuerza de tormenta tropical horas antes, la tarde noche de este viernes en Houston, y para el mediodía en la costa.
A las 07:00 horas locales de este viernes (12:00 GMT), el centro del huracán se ubicaba a 370 kilómetros al sureste de Galveston.
Ike se encuentra convertido en huracán categoría dos, con vientos máximos sostenidos de 165 kilómetros por hora, pero se pronostica una intensificación en las próximas horas para pasar a
categoría tres antes de tocar tierra por un área cercana a Galveston.
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