Roma, Italia / Junio 22.-
La fiscalía de Bari (sur) investiga cinco fiestas “sospechosas” celebradas en las residencias del primer ministro italiano Silvio Berlusconi, a las que habrían asistido prostitutas y se habría consumido droga, informó hoy La Repubblica.
En los próximos días otras 30 muchachas declararán ante los fiscales de Bari que indagan la presunta inducción a la prostitución en el caso de fiestas realizadas en las residencias del primer ministro.
Las mujeres habrían sido reclutadas por el empresario Gianpaolo Tarantini, titular de la sociedad Tecnohospital, quien aparentemente buscaba congraciarse con el primer ministro para obtener favores.
De los testimonios de las cuatro mujeres que hasta ahora han declarado, ha salido a la luz que había un “ingreso incontrolado” al Palacio Grazzioli y a la Villa Certosa, las residencias de Berlusconi en Roma y Cerdeña, respectivamente.
En esas mansiones varias varias chicas sacaron fotografías, mientras Patrizia D’Addario, la “escort” (prostituta de lujo) que destapó el nuevo escándalo, grabó con audio y video los encuentros con el premier y el material ya está en poder de los ficales.
“Antes de entrar en los salones del Palacio Grazzioli las muchachas no eran sometidas a ninguna revisión”, precisó el Corriere della Sera.
Dijo que la cuestión es considerada “muy preocupante” si se toma en cuenta que en el Palacio Grazzioli se suelen tener encuentros con líderes de todo el mundo.
La Repubblica precisó que la tercera pista que indaga la fiscalía baresa es la de la droga, pues a través de interceptaciones telefónicas se ha confirmado que varios de los participantes en las fiestas consumían cocaína.
También publicó una entrevista con Barbra Montereale, otra de las chicas que ha confirmado haber sido pagada por asistir a las fiestas y según la cual muchas de las mujeres presentes en las residencias del primer ministro eran del Europa del este.
“Tenían (las mujeres) una gran confianza con el presidente (Berlusconi) y todas lo llamaban ‘papi’”, aseguró.
Montereale también dijo al diario Il Giornale (propiedad de la familia Berlusconi), que la D’Addario buscaba a toda costa dañar al primer ministro y vengarse por no haber sido ayudada en obtener los permisos para la construcción de un hotel.
Según Montreale, D’Addario le aseguró haber mantenido relaciones sexuales con el jefe del gobierno italiano.
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