Ottawa, Can.-
Indígenas canadienses demandaron una disculpa pública del Papa Francisco por los abusos físicos, psicológicos y sexuales cometidos por sacerdotes en residencias escolares, donde habrían muerto unos seis mil niños indígenas.
El reporte de 381 páginas de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación fue presentado en un acto en la capital canadiense, al que asistió el primer ministro Stephen Harper, quien no emitió discurso alguno.
Tras seis años de investigaciones y entrevistas con sobrevivientes de lo que los aborígenes llaman “genocidio cultural”, se presentó este reporte sobre las condiciones de desnutrición, abandono, abuso, separación familiar y enfermedades que afectaron a miles de niños.
En el siglo XX, el gobierno canadiense impuso un sistema de residencias escolares para internar a menores extraídos de sus comunidades, y que sufrieron todo tipo de abusos, según testimonios de sobrevivientes presentados en los últimos dos días.
“Cuando me ingresaron sólo me dieron un número, el 16”, dijo Lorna Morgan, una de los 80 mil indígenas que sobrevivieron a los abusos y que todavía viven.
Se estima que alrededor de 150 mil niños indígenas fueron internados en estas escuelas administradas por sacerdotes de la Iglesia católica. La última residencia se cerró en 1996.
La Comisión de la Verdad, representada por el líder indígena Murray Sinclair, concluyó que las residencias escolares fueron parte de una clara política del gobierno para eliminar a los pueblos indígenas reeducando a sus niños al margen de su lenguaje y cultura.
Los líderes aborígenes advirtieron que para que haya una reconciliación entre Canadá y sus pueblos indígenas originarios “es necesario pasar de las palabras a las acciones”.
En sus 94 recomendaciones establecen que, antes de junio de 2016, el Papa Francisco debe ofrecerles una disculpa pública por los abusos cometidos por los representantes de la Iglesia católica.
Asimismo, demandan al gobierno canadiense la completa adopción e implementación de la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas.
Así como establecer una Proclamación Real de Reconciliación que reafirme la relación “nación-nación” entre los pueblos aborígenes y la Corona de Inglaterra, de la que forma parte Canadá.
Otra de sus recomendaciones está relacionada con la creación de una comisión para investigar los casos de las mil 200 mujeres indígenas canadienses que han sido asesinadas o desaparecidas en las últimas tres décadas y que el primer ministro Harper se ha negado a crear.
El evento se realizó en el Rideau Hall, la residencia oficial del gobernador general de Canadá (representante de la reina Isabel II de Inglaterra), David Johnston, quien calificó este momento como histórico.
“Un momento como éste surge muy rara vez en la historia de un país. Este es un momento para la reflexión y la introspección nacional. Este es un momento para reflexionar sobre nuestra historia, nuestras relaciones y nuestras responsabilidades para con los demás”, dijo Johnston.
El gobernador general agregó que es oportunidad de pensar sobre lo profundo de nuestro compromiso con la tolerancia, el respeto y la inclusión y si podemos hacer algo mejor, podemos y debemos hacerlo”.
Mientras que Harper se limitó a enviar esta tarde un comunicado en donde reconoce el “capítulo oscuro de la historia de Canadá, que fue el sistema de residencias escolares”.
El primer ministro canadiense aplaudió el esfuerzo de los líderes indígenas por desarrollar esta amplia investigación y reconoció “el coraje” de los sobrevivientes de venir a compartir sus “dolorosas memorias”.
Asimismo, Harper manifestó que su gobierno estudiará cuidadosamente las conclusiones y recomendaciones de la Comisión de la Verdad.
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