México, D.F. / Abril 13.-
La visita a México del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, marcará el inicio de la nueva política estadunidense hacia América Latina y la necesidad de reinsertarse al mundo, aseguraron analistas sudamericanos.
El editor internacional del diario argentino Clarín, Marcelo Cantelmi, explicó que “la visita de Obama a México y luego a la Cumbre de las Américas implica un volver (de Estados Unidos) a la región, porque hay bastante confianza sobre el giro sensible y responsable que Washington pueda dar hacia América Latina”.
Obama cumplirá una visita oficial a México los días 16 y 17 de abril, en lo que será su segundo encuentro con el mandatario mexicano Felipe Calderón.
Cantelmi consideró que la presidenta argentina Cristina Fernández “no puede ver con resquemor” que Obama se reúna con su colega brasileño Luiz Inácio Lula da Silva “y haya elegido a México para su primer viaje latinoamericano”, por el tamaño de sus respectivas economías.
Por su parte, el politólogo del diario La Nación, Jorge Elías, precisó que, “más que una nueva relación con América Latina, Obama pretende reinsertar a Estados Unidos en el mundo ya que el aislamiento de la región más cercana supone un costo considerable”.
Añadió que la visita a México responde a los ejes de la política exterior estadunidense, los cuales están basados en el desarrollo de la energía sustentable, el cambio climático, la migración, la integración económica y la acción conjunta contra el narcotráfico.
“En todas esas áreas tiene injerencia México, pero, desde luego, no se puede insistir en pedir colaboración sin admitir, al menos, parte de la responsabilidad en algunos asuntos”, dijo.
Más cauto, el director de la carrera de Periodismo de la Universidad de Palermo, Pablo Mendelevich, recomendó no tener grandes expectativas en México ni en América Latina con la visita de Obama.
Hasta ahora, dijo, “no hay ningún indicio de una nueva política de la administración Obama hacia América Latina. En cambio, parece razonable esperar que esté centrado en enfrentar la crisis mundial, con lo cual puede justificar que ignore a esta región”.
En Caracas, el analista venezolano Edmundo González Urrutia coincidió en que México es un país prioritario para Estados Unidos, junto con Brasil, y mencionó que otros países importantes para Obama son Cuba, Colombia, Chile y Argentina.
Estimó que la estrategia de la Casa Blanca tiene dos vertientes para América Latina: “por un lado de contención del fenómeno de la izquierda radical en el continente (.) mientras que por otro buscaría acercarse a los gobierno de izquierda moderada”.
La Casa Blanca, añadió, buscaría “convertir a Brasil en un interlocutor válido a nivel regional y transformar a México en un actor clave”, sobre todo respecto al área de Centroamérica y el Caribe.
A juicio de González Urrutia, la estrategia de Obama consistiría en “tender puentes” con los gobiernos de izquierda moderada, como Chile, Argentina y Uruguay, y al mismo tiempo “mantener a raya” a Venezuela y sus aliados, como Ecuador, Bolivia y Nicaragua.
Para el catedrático universitario, es de esperar una mejoría en la relación de Estados Unidos con Cuba y Venezuela, aunque advirtió que con el gobierno de Hugo Chávez “hay temas como el narcotráfico y el apoyo a grupos parias” que complican el panorama.
En Santiago, el ex canciller chileno Ignacio Walker dijo a Notimex que la presencia de Obama en la región es la oportunidad para “darle contenido a la promesa que hizo en la campaña de crear una nueva alianza de las Américas”.
En opinión del ex canciller, la política contra las drogas impuesta a la región por presión de Estados Unidos “ha fracasado estrepitosamente”, pues tanto el consumo como la producción siguen en altos niveles.
“Yo creo que el trabajo que han hecho los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ernesto Zedillo (México) y César Gaviria (Colombia), realmente muestra un camino muy interesante acerca de la necesidad de innovar en la política sobre drogas”, señaló Walker.
Los ex mandatarios lanzaron en febrero pasado un estudio que llama a encarar el problema del consumo, producción y tráfico de drogas desde otro enfoque que privilegie más la educación y prevención, y revise las políticas de represión que tan pocos resultados han dado.
Walker destacó que Obama plantea “la necesidad de un nuevo tipo de relación” con Latinoamérica, de socios, más horizontal que vertical, en un ambiente “bastante favorable a la administración de Obama, y donde no predominan sentimientos antiamericanos, salvo en sectores muy acotados y muy minoritarios”, sostuvo.
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