México, D.F. / Marzo 20.-
Los testimonios de soldados israelíes que participaron en la ofensiva de 22 días contra el grupo islamista Hamás en la Franja de Gaza, que concluyó el 18 de enero, generaron una tormenta en el ejército, que obligó a abrir una indagación.
De acuerdo a revelaciones del diario Haaretz y el canal 10 de la televisión israelí, soldados reproducen casos de pasmosa facilidad para disparar contra palestinos, sean civiles o terroristas, y desprecio hacia sus propiedades.
En la reunión organizada el 13 de febrero por la academia militar “Isaac Rabin” se cuentan episodios brutales de la ofensiva israelí contra Hamás en la que murieron mil 300 palestinos y 13 israelíes.
Como Ram, miembro de la unidad de Guivati, quien explica ante la incredulidad del director del curso academia, Dani Zamir, lo que pasó tras instalarse en una casa del norte de Gaza.
En ese edificio, vivía una familia palestina, una mujer y sus dos hijos atrapada entre el fuego de Israel y Hamás, “les dijeron que se marcharan por la derecha”, pero no entendieron (al comandante) y fueron a la izquierda.
“Se olvidaron de decirle al tirador de élite en el tejado que les dejamos ir, que todo estaba en regla y que no debía disparar y él. hizo lo que se suponía que debía hacer, cumplía órdenes”, señaló.
“El francotirador vio cómo la mujer y sus hijos se acercaban a él más allá de las líneas que le ordenaron que nadie debía pasar. El les disparó. No sé si a las piernas o algo así pero a fin de cuentas les mató”.
Según el soldado, “la atmósfera” en la guerra daba a entenderles que podían disparar sin pedir muchos permisos “para evitar bajas en nuestras filas”.
Como explica otro soldado, Guilad “la intención era disparar mucho para defender a nuestros soldados. Por eso, en esta operación no hubo muchas bajas en el Tsáhal y si muchos muertos civiles palestinos. En algunos casos, sentí que había sed de sangre”.
Otro soldado comentó que “tu ves una persona sospechosa en el camino cerca de ti. Puede tener explosivos o no. Quizas vaya totalmente desarmado. Se puede disparar”.
“En nuestro caso fue la anciana”. De esta forma la mataron a cien metros de la posición militar porque estaba en una zona prohibida.
Un oficial rememora una discusión con uno de sus soldados durante la operación: “Yo le dije que nosotros no matamos a civiles”.
“El me contestó: `todo el que sigue allí es un terrorista. Tenemos que asesinar al que está allí. Todo el que está en Gaza es un terrorista´ Me quedé de piedra”.
Los testimonios también hablan del nulo respeto hacia las pertenencias o propiedades de los palestinos, los grafitis dejados en las paredes de las casas de Gaza con el slógan “muerte a los árabes” y la sensación de que en la guerra “todo es valido”.
“Cuando te disparan, no piensas en arreglar el desorden, doblar sábanas o recoger la porquería dejada”, cuenta un soldado.
Es indudable el revuelo en los altos mandos del ejército que han prometido investigar los casos.
El jefe del servicio jurídico militar, Avijai Mendelblit, ha instado a la policía militar abrir una investigación sobre las circunstancias de los sucesos que definió como “inaceptables”.
El periodista israelí Ofer Shelaj, que trasmite este viernes algunos testimonios en su programa del canal 10 de la televisión, afirma que “en la Operación Plomo Sólido, el ejército practicó una política de fuego intenso, con mucha permisividad de disparar”.
“Quería aplicar una lección del fracaso de la guerra del Líbano donde la política en la ofensiva terrestre era mucho más blanda que provocó más bajas en el lado israelí”.
Añadió que “todo aquel que se quedaba en la zona en la Franja de Gaza donde entraba el ejército que había pedido anteriormente desalojarla con panfletos y llamadas, podía ser un objetivo”.
Y sigue concluyendo que “el consenso en la sociedad israelí sigue siendo que tenemos el ejército más moral y que si hay muerte de civiles es por culpa de Hamás que los tiene como rehenes escudos humanos”.
Las denuncias han llegado hasta el despacho del ministro de Defensa, Ehud Barak, quien ha afirmado: “He estado decenas de años con uniforme militar y sé lo que pasó en Yugoslavia, Afganistán e Irak. Y puedo decir que el ejército israelí es el más ético y moral del mundo. Estoy seguro que investigará seriamente los casos denunciados”.
Las organizaciones israelíes de derechos humanos aseguran que los testimonios “son una prueba más de las barbaridades cometidas en Gaza”.
El diputado árabe-israelí, Ahmed Tibi, exige: “Los escalofriantes testimonios obligan a llevar a los tribunales a los responsables militares y políticos de estos asesinatos a sangre fría”.
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