Washington, E.U. / Noviembre 17.-
El Departamento de Seguridad Interna (DHS) de Estados Unidos justificó hoy la línea dura en sus deportaciones como condición para generar el apoyo político a favor de una amplia reforma migratoria.
“Para sentar las bases para tener una amplia reforma migratoria hay que mostrar ahora mejoras en la efectividad del sistema de cumplimiento de las leyes migratorias”, afirmó el Consejero General del DHS, David Martin.
El funcionario aludió a la situación posterior a la reforma migratoria de 1986 cuando los flujos migratorios continuaron, razón por la que algunos sectores políticos insisten en el control de la frontera antes de discutir una reforma.
“No creo que podamos tener ese tipo de legislación a menos que haya confianza de que el cumplimiento de las leyes migratorias funcionarán en el futuro y que no nos vamos a encontrar en una situación similar, con millones de indocumentados residentes años después de aprobada la reforma”, dijo.
Al participar este miércoles en un foro organizado por el Centro Woodrow Wilson de Estudios Escolares, Martin consideró que leyes como la aprobada en Arizona son un reflejo público de este sentimiento.
La directora de Política Migratoria del Instituto Warren en la Universidad de California, Aarti Kohli, dijo por su parte que la recomposición en el Congreso de Estados Unidos a partir del próximo año le dará mayor peso político a esta noción.
“Alguna gente que favorece el aumento de los controles y vigilancia va a estar a cargo del Comité Judicial (en la Cámara de Representantes), y creo que va a haber un esfuerzo para aumentar la vigilancia”, consideró.
La experta aludió al hecho de que el control de la cámara baja pasará a manos de los republicanos, tras los más de 60 escaños que ganaron en las pasadas elecciones generales de medio termino.
“Creo que dado el clima político (actual) es improbable que vayamos a tener una iniciativa para una amplia reforma migratoria en el próximo año o en año siguiente”, señaló.
El endurecimiento de la política para hacer cumplir las leyes de migración durante la administración del presidente Barack Obama resultó en el mayor número de deportaciones bajo cualquier gobierno.
Cifras del DHS revelaron que durante el año fiscal 2010, el número de deportaciones sumaron 392 mil, el más alto en la historia.
Además de reflejar el endurecimiento en el cumplimiento de las leyes migratorias, la cifra reforzó la negativa noción de los inmigrantes en algunos sectores de la opinión pública, consideró Daniel Hernández Joseph.
El director de la Oficina de Mexicanos en el Extranjero de la Secretaria de Relaciones Exteriores de México, indicó que el desglose, según el cual este número, la mitad fueron criminales y de estos la mitad muy peligrosos.
Presentadas así, la percepción entonces es “que la mitad de los inmigrantes ilegales en este país deben ser criminales, y la mitad de éstos son muy peligrosos”, señaló.
Para Hernández Joseph ante mensajes no intencionales como éstos “cómo podemos entonces estar sorprendidos de que no haya apoyo suficiente en la opinión pública para una amplia reforma migratoria?”, cuestionó.
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