Washington E.U.-
La cumbre de la OTAN en Chicago pasará a la historia por haber entregado al presidente, Hamid Karzai, el testigo de la gobernabilidad en Afganistán, con un proceso de transición que arrancará a mediados del 2013 para poner fin a la guerra más costosa y dilatada en la historia de Estados Unidos.
“La transición (del poder) es irreversible”, dijo ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al recibir el espaldarazo de sus aliados europeos para poner fin a la guerra hacia fines del 2014. “Hemos decidido la próxima fase de transición; es decir, el próximo hito que llevará a las fuerzas de seguridad afganas a encabezar todas las operaciones de combate a partir del 2013”, aseguró.
“A partir de ahí se iniciará una fase de transición que concluirá en el 2014, pero podrán seguir contando con nuestro respaldo”, concluyó el presidente al hacer oficial el plan de retiro que anunció el pasado 1 de mayo, durante la visita sorpresa que realizó a Kabul para marcar el primer aniversario de la muerte de Osama Bin Laden, el líder de la organización terrorista Al-Qaeda.
El principio del fin para la guerra de ocupación en Afganistán se ha producido en medio de un creciente sentimiento de hartazgo y fatiga con un conflicto que ha durado más de una década y ha arrinconado a los aliados frente al creciente rechazo de los ciudadanos y una carga presupuestaria que hoy pesa en los planes de recuperación en EU y Europa.
Precisamente, las manifestaciones que ayer se trasladaron hasta los cuarteles de campaña de Obama en Chicago (tras un episodio de violencia y más de 50 detenciones registrados el domingo), se convertían en el mejor correlato del hartazgo y repudio de una guerra que habrá costado entre 3 y 4 billones de dólares, según los cálculos de organizaciones como www.costofwar.org.
Según las más recientes encuestas, casi 70% de los estadounidenses están contra la guerra en Afganistán, mientras 27% la siguen apoyando.
El nivel de rechazo y cansancio es aún más patente en países como Francia, donde poco más del 80% de sus ciudadanos han respaldado la decisión del recién electo presidente, Francois Hollande, de ordenar el retiro de las tropas galas hacia fines de este mismo año.
Obama aseguró que Estados Unidos y sus aliados han conseguido avances importantes en casi un 75% del territorio afgano y señaló que para 2013 muchos afganos podrán vivir bajo la protección la misión de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF).
El presidente fue secundado por el secretario general de la alianza, Anders Fogh Rasmussen, quien aseguró que los afganos ya asumieron las operaciones de seguridad en la mitad del país y están en camino de cumplir con los objetivos del próximo año.
La cumbre de Chicago, el encuentro más grande de la historia de la OTAN concluyó así con lo que Obama definió como una “hoja de ruta clara” para Afganistán. En ese sentido, el mandatario afgano, Hamid Karzai, se mostró satisfecho con el calendario de retirada y dijo que Talibán ya no puede “doblegar” a su país.
Por otro lado, Obama invitó a Paquistán a ser “parte de la solución” para estabilizar Afganistán y dijo que se han hecho “progresos” para que ese país reabra las rutas de abastecimiento para las tropas de la OTAN. En respuesta, el presidente paquistaní Asif Alí Zardari, indicó que ha pedido al comité que se encarga de la negociación con EU que concluya un acuerdo sobre la reapertura de las rutas de aprovisionamiento de las fuerzas de la OTAN.
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