Washington, D.C.-
El Presidente Felipe Calderón reconoció que la gente recordará su mandato por los episodios de violencia y crímenes, pero recalcó la necesidad de combatir a la delincuencia aunque es “la Providencia” quien coloca a las personas en una circunstancia determinada, como en su caso.
El mandatario dictó la sexta edición de la Cátedra Kissinger en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y ahí le preguntaron sobre el legado que dejará.
“Es probable que mucha gente se acuerde de estos años por la violencia y la delincuencia, los crímenes. Pero yo creo que la vida o la ‘Providencia’, llámelo como quiera, decide colocar a la gente acertada en el momento adecuado. Yo creo que muchos problemas en estos aspectos (…) fueron por una falta de una institución fuerte policiaca y en el futuro será (eso) un activo para México”.
Sin embargo, confió en que la gente recuerde que esta época fue en la que comenzó a cambiar en su aplicación del Estado de Derecho.
Como presidente electo, durante su participación como orador en un acto de la organización “Casa sobre la Roca”, Calderón ya había sugerido que el tenía una misión encomendada por Dios para combatir el mal.
Antes, en su disertación ante personajes como Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional; la secretaria de Seguridad interior de Estados Unidos, Janet Napolitano; y los ex secretarios de Estado James Baker y Henry Kissinger, Calderón habló de cómo el Estado de Derecho se ve relevado por el temor, ante la criminalidad.
“Es un problema global que erosiona las instituciones democráticas, deshace la confianza de los ciudadanos, deshace el tejido social, impide el desarrollo económico y sustituye el Estado de Derecho con el estado de temor. La delincuencia organizada es una amenaza a la libertad”, expuso.
El mandatario presumió que de 2010 a la fecha Tijuana y Ciudad Juárez han reducido el número de crímenes, en el primer caso en 40% y en el segundo con 71%. Volvió a comparar índices mayores en Brasil o en otros países.
También el mandatario mencionó que por décadas en el pasado se permitió crecer a los grupos delincuenciales y se quejó de quienes por la mañana criticaban su estrategia anticrimen y por la tarde le solicitaban el envío de militares.
Felipe Calderón calificó como “ofensivo e injusto” que ocurran muertos por las armas que fluyen de Estados Unidos a los criminales en México. No obstante, reconoció un “renovado espíritu” en la ayuda proporcionada por Estados Unidos.
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