Washington, D.C. / Marzo 14.-
El presidente Barack Obama señaló hoy que el sistema de seguridad en los alimentos de su país es un riesgo para la salud pública, ante la falta de actualización de varias leyes que lo regulan desde que fueron escritas, hace un siglo.
En su mensaje radial sabatino, Obama reconoció que Estados Unidos es uno de los lugares más seguros del mundo para comprar comestibles en un supermercado o píldoras en una farmacia, pero en los últimos años se han registrado numerosos problemas con los alimentos.
Mencionó como ejemplo las espinacas contaminadas en 2006, la salmonelosis en pepinos y jitomates en 2008, y en este año los productos de cacahuate que provocaron nueve muertes y enfermaron a cientos.
Estos incidentes, afirmó, reflejan una tendencia preocupante en el aumento al año de productos contaminados y otros alimentos, que se ubica en más de cien a partir de los años 1990.
Consideró que dichos casos se dan por la dificultad para coordinar la inspección, así como el insuficiente financiamiento con que cuenta la Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA), que funciona con escaso personal.
En la actualidad, dijo, la FDA examina sólo siete mil de las 150 mil plantas de procesamiento y almacenes de alimento cada año, es decir, que el 95 por ciento de comestibles se van sin inspeccionar.
Por ello anunció la inyección de mil millones de dólares para aumentar el número de inspectores y modernizar laboratorios de la seguridad alimentaria.
Así como los nombramientos de Margaret Hamburg como nueva comisionada de la FDA, y Joshua Sharfstein como director adjunto.
Obama destacó la labor de Hamburg como una autoridad en salud pública, enfermedades infecciosas y bioterrorismo, reconocida a nivel nacional e internacional.
Indicó que fue fundadora de la Iniciativa de Amenaza Nuclear y funcionaria en diversas instituciones nacionales de salud.
Respecto a Sharfstein, comisionado de salud para la ciudad de Baltimore, señaló que ha sido reconocido como líder nacional por sus esfuerzos para proteger a la niñez y a los discapacitados.
También resaltó la creación del Grupo de Trabajo para la Seguridad Alimentaria, que presidirán la Secretaría de Salud y Servicios Humanos y el Departamento de Agricultura, en coordinación con otras agencias y altos funcionarios.
La función de este grupo será aconsejar al presidente sobre la actualización de leyes de seguridad alimentaria, y formas para hacerlas cumplir, a fin de mantener a los estadounidenses seguros.
Entre otras medidas que el mandatario dispuso para proteger a la población está que el Departamento de Agricultura ponga fin a las lagunas legales en el sistema para evitar que las vacas enfermas se incorporen al suministro de alimentos.
“La seguridad alimentaria es algo que tomo seriamente, no sólo como su presidente, sino como un padre”, dijo, y agregó que “ningun padre debe preocuparse de que su hijo se enferme con su almuerzo, o que las medicinas que compra a su familia les causarán daño”.
“Cuando escuche sobre productos de cacahuete contaminados a principios de año, pense inmediatamente en mi hija de siete años, Sasha, quien come emparedados de mantequilla de cacahuete para el almuerzo probablemente tres veces a la semana”, contó.
Reiteró que el gobierno carece de todas las respuestas para cada problema, y no puede hacer todas las cosas para toda la gente, ya que la nación esta construida sobre la fuerza de la iniciativa privada.
Pero entre las cosas que si puede hacer, puntualizó, “esta el asegurar que los alimentos que consumimos y las medicinas que tomamos sean seguras y no nos causen daño”.
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