Texas / Julio 8.-
Minutos antes de que le suministraran la inyección letal, Humberto decidió romper el silencio de años: “Siento todo lo que he hecho. He lesionado a mucha gente. Por años nunca pensé que merecía ningún tipo de perdón. Sé que el señor Jesucristo me ha perdonado en vida y he aceptado su perdón. Ya he aceptado todo. Dejemos que esto sea el final, que se haga. Asumo toda responsabilidad por esto”.
Cubierto con una sábana blanca, postrado en la plancha de ejecución, aseguró: “Lo siento y perdónenme, verdaderamente lo siento, les pido perdón, la vida sigue y seguramente seguirá. Lo siento por la familia de las víctimas, por lo que hice, pero espero que me perdonen. No sé si me creen, la vida sigue”. Sus últimas palabras fueron: “Que siga el espectáculo. Una cosa más: Viva México, Viva México, Viva México”.
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