Madrid, Esp.-
Cuando Letizia Ortiz Rocasolano conoció a Felipe de Borbón era una joven periodista de 30 años, de clase media que vivía en un departamento de 60 metros cuadrados a las afueras de Madrid, trabajaba en Televisión Española y estaba recién divorciada.
Más de una década después está a punto de convertirse en reina. Letizia ha pasado en estos años por muchas cosas. Abandonó el periodismo, perdió a una de sus dos hermanas, Erika, que se suicidó hace siete años, ha tenido dos hijas y dedica su vida a acompañar al príncipe en algunos viajes oficiales y actividades en favor de la infancia.
Hija y nieta de periodistas, cuando tenía quince años su familia se trasladó a vivir a Madrid, donde al terminar el colegio se matriculó en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid para estudiar Periodismo.
Durante los cinco años de carrera hizo prácticas de verano en varios medios de comunicación y después de realizar un Master de Periodismo Audiovisual, con 23 años se fue a vivir a México con una beca para hacer un posgrado en la Universidad de Guadalajara. Allí compaginó los estudios con su trabajo en el suplemento cultural Tentaciones del periódico “Siglo XXI”.
Al regresar y con sólo 25 años se casó por lo civil con su novio Alonso Guerrero, su profesor de Lengua en el Instituto Ramiro de Maeztu y con quien mantenía una relación desde hacía 10 años. Un año después se divorciaron.
En cuanto a su carrera profesional, comenzó a trabajar en Bloomberg Televisión, un canal estadounidense privado especializado en economía, finanzas y mercados. En el año 2000 se incorporó a Televisión Española, donde trabajó en varios programas hasta llegar a presentar el noticiero de las 9:00 de la noche del primer canal, el de mayor audiencia.
Además, fue enviada para cubrir acontecimientos tan importantes como el atentado terrorista del 11-S, el desastre ecológico del petrolero Prestige o la guerra de Irak. Todo ello le valió en el 2001 el Premio Larra de Periodismo como mejor periodista menor de 30 años y, junto a sus compañeros del “Telediario”, ganó el premio TP.
Sus amigos dicen de ella que es seductora, simpática, testaruda, nerviosa, parlanchina, calculadora, perfeccionista, vanidosa y muy ambiciosa. Sus detractores la acusan de ser fría y distante, de tratar con prepotencia al personal a su cargo, y de viajar a Miami a realizarse cada vez más cirugías estéticas.
Sea cierto o no, lo que sí se puede decir es que la princesa Letizia en estos años ha logrado que el príncipe salga del Palacio. Es decir, que se acerque a los ciudadanos y por unas horas lleve una vida más normal.
Discussion about this post