Cd. de México.-
La última vez que Julio Patiño habló con su hijo Franco por teléfono fue el viernes por la tarde, cuando estaba celebrando su cumpleaños número 21 en el Festival Astroworld en Houston con su compañero de escuela secundaria Jake Jurinek.
“Estaba feliz y comiendo con su amigo. Se estaban divirtiendo”, declaró este padre de familia a los medios.
Pero al final de la noche su Franco y Jake estaban muertos, entre las Previamente los fanáticos derribando detectores de metales y cercas a la entrada del evento. Las cosas solo empeoraron. Tan pronto como la actuación de Travis Scott comenzó a las 9:00 de la noche la gente estaba tan apretujada que no podía respirar.
Los paramédicos no sabían cómo administrar RCP o tomar pulsos. Algunos jóvenes rogaron a los trabajadores que detuvieran el espectáculo, pero hicieron oídos sordos. Scott actuó durante otros 40 minutos después de que la policía declarara el desastre.
“Estoy en estado de ‘shock’, estoy enojado”, mencionó uno de los padres afectados.
Franco y Jake siguieron siendo amigos después de graduarse de Neuqua Valley High School en Naperville, Illinois. Franco se fue a la Universidad de Dayton a estudiar ingeniería mecánica; Jake a la Universidad del Sur de Illinois, donde perseguía su pasión por el arte y los medios.
Tenían un interés mutuo en la música hip-hop y viajaron juntos desde Illinois al festival de Houston, Texas, para celebrar el cumpleaños de Patiño.
La madre de Jake, Alison, murió en 2011, pero la pérdida sólo lo acercó a su padre, Ron, quien lo llamó su mejor amigo.
“Desde entonces Jake y Ron eran inseparables: asistían a los juegos de los White Sox y Blackhawks, compartían su amor por la lucha libre profesional y pasaban los fines de semana con familiares y amigos en el lugar favorito de Jake, la cabaña familiar en el suroeste de Michigan”, dijo la familia entre lágrimas.
Cuando no pudieron ponerse en contacto con los jóvenes al final del evento del viernes, comenzaron a llamar desesperadamente a la policía. Un empleado del hospital finalmente usó el teléfono de Franco para comunicarse con su madre y confirmar su peor temor.
Sin embargo, Jake todavía estaba desaparecido, por lo que los Patinos fueron a la casa de Ron Jurinek, quien en ese momento no tenía idea de lo que estaba pasando. Un par de horas después, ya habían rastreado sus restos.
“Lamento mucho que hayas ido a un concierto para divertirte y esto es lo que te pasó. Lo siento mucho”, escribió en Instagram el domingo una de las enfermeras que participó en las labores de rescate.
“Los muchachos tenían tantos amigos, tanta gente que los amaba, a donde quiera que iban brillaban por su personalidad alegre, con un mundo por delante que se les fue de las manos. Ambos fueron los mejores amigos hasta el día de su muerte”, confesaron apesadumbrados sus seres queridos.