San Antonio, Texas.-
Aquí la competencia también se gana aplaudiendo. Y los mexicanos saben hacer ruido. De sombrero tricolor, matraca y botarga los equipos nacionales no desentonan. La fiesta es de colores cuando se reúnen en el San Antonio Convention Center “Henry. B. Gonzalez” preparatorias y high school para una de las eliminatorias anuales del concurso de robótica FIRST, catalogada como de las más grandes a nivel internacional, donde uno de los premios que se otorgan es el “spirit award”, donde se trata —precisamente— de hacer ruido, del espíritu de cooperación.
En esta ocasión, la eliminatoria tiene a tres grupos de mexicanos, provenientes de preparatorias en Nuevo León, San Luis Potosí y la ciudad de México. Jóvenes capaces de crear sofisticadas piezas de ingeniería que guiadas a través de programas de computadora pueden lanzar un balón de basquetbol, encestar y ganar puntos. Nadie tiene más de 18 años.
José Luis Hernández asiste a las Oxford High School en Monterrey, pero habla como un hombre de negocios y carga con él su plan detallado de beneficios de financiamiento. Junto con sus compañeros fueron los encargados de encontrar patrocinadores locales para llevar a cabo sus sueños de ingeniería. Martha Muñoz, una de sus profesoras y mentoras que los traen a la competencia dice que les gusta “jugar a ser adultos”. Y lo son cuando tienen que encontrar financiamiento de 6 mil 500 dólares de inscripción, el viaje, hospedaje y las piezas de su creación que llegan a 35 mil dólares.
José Pablo Athie es uno de los mentores de “Panteras”, equipo de estudiantes de la Universidad Panamericana del DF.
Dice que hace tres años sólo existían tres equipos mexicanos participando en este tipo de competencias, pero “las cosas han cambiado, antes era novedoso ver a un equipo mexicano, te preguntaban cosas como dónde habías estacionado a tu burro, ahora es mucho más común. Somos alrededor de 30 equipos nacionales en eliminatorias de FIRST”.
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