Ciudad de México.-
Una británica de 31 años se hizo una prueba casera de Covid-19 pero accidentalmente se tragó el hisopo y terminó en el hospital en el condado de Durham, Inglaterra.
“Fue muy atemorizante… pudo ser fatal”, contó Bobby Lee al South West News Service.
Después de un turno nocturno, el 20 de abril, Lee se hizo la prueba con un hisopo, pero se le quedó atorado.
“Cuando me pasé el hisopo por la parte posterior de la garganta, me dieron como náuseas”, dijo. “El hisopo giró en mi boca y se atascó en la parte posterior de la garganta”. El extremo se quedó atascado en el paladar en la parte posterior.
“Intenté sacarlo pero no pude, así que pensé que tendría que intentar tragármelo. Tragué y bajó un poco, pero sólo llegó hasta la mitad de la garganta”.
Lee se encontraba sola con su hija pequeña. No quiso asustarla llamando a emergencias, pero comenzó a sentir que le costaba trabajo respirar y temió por su vida.
“Ni siquiera llamé al 111 porque tenía a mi hija conmigo. Me metí en el coche y conduje directamente a urgencias”.
Pero en la clínica nunca habían atendido un caso así, por lo que la trasladaron a una clínica cercana.
“Nunca habían visto una cosa así y no sabían qué hacer. Cuando pasaba saliva no sentía el hisopo, pero se podía ver”.
Los médicos optaron por hacerle una endoscopía. “Al final me hicieron una minicirugía con una cámara en la garganta. Me lo sacaron, pero me quedé muy sorprendido por lo que pasó”.
Las imágenes de la cámara en la garganta mostraron que el hisopo estaba cerca de los intestinos de Lee.
Los médicos extrajeron el hisopo por la boca. Le explicaron que de haber llegado al tracto intestinal, Lee corría el riesgo de una perforación. “Creo que fue mi decisión de actuar rápido lo que hizo que todo esto terminara de la mejor manera”, concluyó.
En Reino Unido, Estados Unidos y otros países están autorizadas las pruebas de Covid-19, pero los expertos advierten que hay que seguir las instrucciones al pie de la letra para evitar accidentes como el que le ocurrió a Lee.