Ciudad del Vaticano.-
El Papa quiere evitar escándalos de corrupción con motivo del próximo Jubileo Extraordinario de la Misericordia, y por eso eligió una modalidad “descentralizada” y distinta con respecto al Gran Jubileo de 2000.
Durante una conferencia en la oficina de prensa del Vaticano, el máximo responsable de la manifestación que iniciará en diciembre próximo aclaró que el Año Santo convocado por Francisco no será similar al de su predecesor, Juan Pablo II.
“Es bueno insistir desde ahora, para evitar malentendidos, que el Jubileo de la Misericordia no es y no quiere ser el Grande Jubileo del Año 2000. Cualquier comparación al respecto carece de sentido porque cada año santo tiene sus propias peculiaridades y finalidades”, explicó Salvatore Rino Fisichella.
El presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, organismo encargado de coordinar todas las actividades del año santo, ilustró el calendario que irá del 8 de diciembre próximo al 20 de noviembre de 2016.
Los jubileos son tiempos especiales para la Iglesia, durante los cuales los fieles católicos pueden acceder a gracias particulares concedidas por el Papa.
El anterior tuvo lugar en 2000. Un grupo de políticos empujó para que fuese declarado “gran evento” por parte del gobierno italiano y así los organizadores pudieron acceder a cuantiosos financiamientos públicos sin necesidad de licitaciones.
De hecho, algunos personajes ligados al Vaticano terminaron siendo investigados en el proceso judicial llamado justamente “grandes eventos”, por corrupción en obras públicas.
“El Papa desea que este Jubileo sea vivido tanto en Roma como en las Iglesias locales; este hecho implica una atención especial a la vida de las Iglesias particulares y a sus exigencias, de manera que las iniciativas propuestas buscan complementar y no sobreponerse a los calendario locales”, insistió Fisichella.
Entre otras cosas y según lo anunciado, a lo largo del año Francisco cumplirá cinco clamorosos gestos vinculados a la misericordia, aunque por ahora El Vaticano mantiene total hermetismo sobre la naturaleza de los mismos y las fechas en las cuales serán llevados a cabo.
“Los signos aclaran y explican ahí donde la palabra no llega, así tenemos un lenguaje más significativo. El Papa quiere esto. Se vuelve una provocación para la Iglesia, una positiva provocación”, precisó el clérigo.
El próximo jubileo tendrá detalles que lo harán único. Entre otras cosas, por primera vez en la historia se ofrece la posibilidad de abrir la “puerta santa” o “puerta de la misericordia” en cada diócesis del mundo.
Normalmente, en cada año santo, sólo en Roma se abren estos portones que se ubican en las diversas basílicas papales. Ahora en cada catedral podrá existir una igualdad y los fieles que la atraviesen podrán adquirir gracias espirituales.
Otra cosa que diferenciará este jubileo del anterior es que incluirá muchas menos actividades multitudinarias. En 2000 tuvieron lugar diversos “jubileos” dedicados a categorías como los artistas, los políticos, los deportistas y otros.
Esta vez los grandes encuentros del Papa se concentrarán en fechas muy precisas: del 19 al 21 de enero de 2015 se reunirán en Roma todas las personas que sirven en santuarios y en el campo de las peregrinaciones.
El 3 de abril habrá una celebración para todas aquellas realidades que se identifican con la espiritualidad de la misericordia (movimientos, asociaciones, institutos religiosos).
El 24 de ese mes convocará a los jóvenes, así como la Jornada Mundial de la Juventud prevista del 26 al 31 de julio en Cracovia, Polonia. El 29 de mayo será dedicado a los diáconos y el 3 de junio a los sacerdotes.
Los enfermos y discapacitados participarán el 12 de junio, los que trabajan en el mundo caritativo el 4 de septiembre, los catequistas el 25 de septiembre y los grupos de espiritualidad mariana el 9 de octubre.
“El 6 de noviembre celebraremos el Jubileo para los reclusos, que no sucederá solo en las cárceles, sino que estamos estudiando la posibilidad para que algunos de ellos puedan tener la oportunidad de celebrar con el Papa Francisco en San Pedro”, ponderó Fisichella.
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