Washington, E.U. / Mayo 27.-
La lideresa del PRI, Beatriz Paredes, hizo ayer su aparición en el Centro Woodrow Wilson, enfundada en un deslumbrante huipil azul celeste, para defender el legado histórico de su partido, pero también para ponerle nombre y rostro al ambiente de polarización política que se vive hoy en México.
“La ‘aportación científica’ de Germán Martínez (presidente nacional del PAN) a la actual campaña política en México ha sido el de la polarización”, aseguró con una ironía afilada Paredes, al lamentar que el actual partido en el poder recurra a una “práctica poco usual” para descalificar a la oposición.
Durante una intervención en el Instituto de México del Woodrow Wilson Center, en la que condenó la actual estrategia electoral panista, Paredes advirtió además contra la tentación de convertir los próximos comicios en “unas elecciones de Estado”.
En un acto de corte más político que académico, en el que se cuidó mucho de no ir demasiado lejos en el terreno de la descalificación, para evitar atizar el ambiente de confrontación con el Partido Acción Nacional (PAN), Paredes realizó una vehemente defensa del legado histórico del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y aseguró que su partido está dispuesto a la autocritica, pero no a la “autodenigración”.
“La autocritica del PRI, de los errores que hemos tenido en el pasado, no pueden llevar a la autodenigración”, consideró Paredes al negarse a renunciar al legado histórico de un partido que, aseguró, “hizo grandes aportaciones al siglo XX mexicano”.
“Nosotros conseguimos, después de un proceso revolucionario, encauzar y construir un Estado nacional con instituciones que mantuvieron la estabilidad política del país, que edificó la principal infraestructura de México y que instituyó un sistema de seguridad social y educativo”, dijo.
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