Paquetes que van de los 3 mil a los 10 mil dólares, y que incluyen transporte, vivienda y comida, ofrecen las bandas de polleros a los migrantes centroamericanos en su viaje a Estados Unidos. Los traficantes se ajustan al bolsillo de cada persona y les ofertan traslados de primera, segunda y hasta tercera clase.
Aunque por 500 dólares más, les otorgan pasaportes, actas de nacimiento y credenciales de elector falsas para cruzar “sin problema” por el territorio mexicano.
En esta ciudad, conocida como la “Tijuana guatemalteca”, los enganchadores reclutan a gran parte de los aspirantes a mojados, y se les puede observar en la terminal de autobuses haciendo los contactos entre los pasajeros.
De acuerdo con testimonios de migrantes y fuentes diplomáticas centroamericanas, las bandas dedicadas al tráfico de humanos que operan desde Estados Unidos tienen representantes en diversos puntos de Centro y Sudamérica, y desde países de esas regiones ofrecen sus servicios.
“Los familiares que están en la Unión Americana se comunican desde ahí con polleros y pactan el costo del traslado, mientras que sus representantes se encargan de recogerlos y llevarlos de país en país hasta llegar a tierras estadounidenses”.
Abundan que los grupos de migrantes se distribuyen según el paquete que hayan contratado. Los de primera categoría viajan por avión, el cual tiene un costo de entre 8 a 10 mil dólares que incluye documentos falsos, y estos viajan vía terrestre de San Salvador hasta Tapachula, donde toman el vuelo que los traslade hasta la frontera con Estados Unidos.
Los que escogen el paquete de segunda, viajan en autobuses o encerrados en tráileres, con un costo de entre 5 y 6 mil dólares, mientras que los de tercera clase —viajan caminando y en ferrocarril, con un valor de entre 3 y 4 mil dólares—.
Tanto los de segunda como los de tercera clase son concentrados en Guatemala, donde los distribuyen para que viajen según la frontera por donde van a cruzar a México.
Varios trayectos
Las rutas preferidas por los polleros son la del Pacífico y la selva del Petén, en territorio Guatemalteco, ya que por esos puntos fronterizos tienen diversas alternativas de paso, entre ellos la frontera El Ceibo-El Narando, por Tenosique, Tabasco; Ciudad Cuauhtémoc-La Mesilla-, Frontera Comalapa y Suchiate, por Ciudad Hidalgo, localidad fronteriza con Tecún Umán, Guatemala.
“La ruta marítima es otra que utilizan los coyotes, que parten de Puerto Ocós, Guatemala, hasta llegar a Salina Cruz, Oaxaca”, indican. Para los representantes consulares la ruta más sufrida es la del tren, ya que los migrantes tienen que caminar más de 300 kilómetros para abordar “la bestia de acero” que parte de Arriaga y de ahí ir transbordando de ferrocarril en ferrocarril con un viaje que dura casi un mes para llegar a la frontera norte.
Tres oportunidades para pasar
Los polleros ofrecen a los clientes tres oportunidades, si no logran llegar a tierras estadounidenses en esos intentos pierden el dinero, y con la amenaza de que si son denunciados con las autoridades sus familiares sufrirán las consecuencias.
De acuerdo con testimonios de indocumentados asegurados por las autoridades, los traficantes cobran a los asiáticos entre 10 mil y 12 mil dólares a cada uno por llevarlos al interior del país, mientras que los peruanos y ecuatorianos pagan entre 12 y 14 mil dólares desde sus país de origen y viajan por casi un mes en barcos pesqueros.
Discussion about this post