Ciudad del Vaticano.-
Un documento preparado por el Vaticano para una cumbre mundial de obispos, que tendrá lugar en octubre próximo, reconoció la valentía de quienes denuncian los escándalos en la Iglesia, incluidos los abusos sexuales contra menores.
La sala de prensa de la Santa Sede difundió este martes el “Instrumentum laboris” (Instrumento de trabajo), un texto preparatorio de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar en Roma del 7 al 28 de octubre.
Titulado “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”, resumió las contribuciones de 114 conferencias episcopales del mundo, así como de 26 secciones de la Sede Apostólica y de la Unión de Superiores Generales de órdenes religiosas.
El escrito enumeró algunos de los desafíos más importantes que afronta la Iglesia para transmitir su mensaje en la actualidad y se refirió a los “frutos de la fe”, entre los cuales incluyó la valentía para señalar los pecados de sus miembros.
“También el coraje de denunciar las infidelidades y los escándalos que emergen en las comunidades cristianas –como signo y consecuencia de una reducción de tensión en esta tarea del anuncio– es parte de esta lógica del reconocimiento de los frutos”, indicó.
“Se necesita coraje para reconocer las culpas, mientras continúa el testimonio de Jesucristo y de la perenne necesidad de ser salvados. Podemos observar nuestras debilidades porque de este modo reconocemos el poder de Cristo que nos salva”, apuntó.
Estableció que el ejercicio de la penitencia, como conversión, conduce a la purificación y a la reparación de las consecuencias de los errores.
Al respecto Nikola Eterovic, secretario general del Sínodo de los Obispos, señaló que existe madurez en la comunidad cristiana en el reconocer entre sus miembros una situación de pecado, de obstáculo y de escándalo que debe purificarse.
Durante una conferencia de presentación del “Instrumentum Laboris”, recordó que se trata de una “triste realidad” que ya fue aceptada por el mismo Papa Benedicto XVI.
“En este camino de purificación, de santificación, de una renovación permanente de la Iglesia también la denuncia profética tiene un rol importante, la nueva evangelización no puede tener éxito si primero no existe el momento de conversión de todos”, dijo.
“Nosotros no queremos centrarnos en los números, nos parece positivo que la Iglesia tenga más de mil millones de miembros, pero siempre debemos subrayar la imagen de la sal de la tierra, no es tanto la cantidad sino más bien la calidad de sus integrantes”, apuntó.
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