Brusela, Bélgica.-
El gobierno de Reino Unido pretende poner un alto al uso de prisiones como escuelas de adoctrinamiento para la yihad, con un nuevo plan dirigido a eliminar el radicalismo en los centros de detención.
Formulada por la Ministra de Justicia, Elizabeth Truss, y basada en entrevistas a más de 300 oficiales y la visita a 60 prisiones, la iniciativa contempla la creación de unidades de detención especiales para neutralizar a los islamistas más extremistas.
Propone el reforzamiento de las intervenciones para remover todo tipo de literatura radical, así como el reforzamiento de controles para evitar las visitas a estos centros por parte de predicadores extremistas. Se creará una nueva Dirección de Seguridad, Orden y Terrorismo, órgano independiente que tendrá la misión de evaluar la amenaza que supone el uso de prisiones como “centros de contaminación de ideología venenosa”.
Para Truss “el extremismo islamista es un peligro para la sociedad y una amenaza para la seguridad pública, por lo que debe ser derrotado donde se encuentre. Prevenir que los extremistas más peligrosos radicalicen a otros presos es fundamental para el funcionamiento seguro de nuestras prisiones y la protección pública”.
Las cárceles europeas han tomado relevancia en la lucha contra el terrorismo tras los atentados en París y Bruselas. Las investigaciones de los ataques suicidas revelaron que muchos de los kamikazes tenían antecedentes delictivos y completaron su radicalización durante su estadía en prisiones.
El informe sostiene que la amenaza del extremismo islámico al interior de las prisiones se manifiesta de diversas formas, a través de yihadistas carismáticos, la intimidación de líderes religiosos, conversiones forzadas al islam, difusión de material fundamentalista, cultos colectivos sin supervisión y el control de la comunidad musulmana por la vía de la violencia. El número de musulmanes en las prisiones de Inglaterra y Gales pasó, de 5 mil 502 en 2002, a 12 mil 225 en 2014 (14% de la población carcelaria). A nivel de Gran Bretaña, representan 7.7% de la población.
Amnistía Internacional alerta que aislar a presos por tiempo prolongado puede resultar en una práctica peligrosa, con consecuencias físicas y sicológicas. Además, Gran Bretaña, Alemania y Bulgaria trabajan en medidas antiterroristas. Entre las más controvertidas está la alemana que busca eliminar la confidencialidad médico-paciente para que los doctores reporten a la policía a quienes muestren tendencias de cometer un crimen.