Londres.-
La primera ministra británica Theresa May ordenó hoy una investigación sobre el escándalo de sangre contaminada con hepatitis C y el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), que afectó a miles de pacientes y causó dos mil 400 muertes en las décadas de 1970 y 1980.
“El gobierno pidió hacer una investigación completa sobre cómo miles de personas fueron infectadas con hepatitis C y VIH después de transfusiones de sangre en la década de 1970 y de 1980”, informó la oficina de la jefa de gobierno británica.
El anuncio de la investigación fue hecho por un portavoz de Downing Street (como se conoce a la sede del ejecutivo), tras más de seis años de campaña de activistas y legisladores, como el líder laborista Jeremy Corbyn, quien se pronuncia a favor de una indagación profunda y pública sobre el caso.
“Teresa May y el secretario de Salud, Jeremy Hunt, indicaron a sus colegas de gabinete este martes que era necesaria una investigación sobre lo que la primera ministra llamó el ‘escándalo de sangre contaminada’”, reveló el portavoz.
De acuerdo con la fuente, Hunt dijo que la investigación sería en todo el país y determinaría si en realidad la muerte de dos mil 400 personas fue causada por donaciones de sangre contaminada.
“Jeremy Hunt dijo que dos mil 400 personas han muerto y que era necesario establecer las causas de esta terrible injusticia”, indicó el portavoz de gobierno.
La investigación, agregó, estará a cargo de una comisión especial independiente o un juez, y tomará en cuenta a la opinión de los afectados para definir la forma en que se llevará a cabo.
“La investigación será amplia”, dijo el portavoz de May, agregando que los detalles de cómo y cuándo comenzará la indagación serán anunciados pronto.
En las décadas de 1970 y 1980, miles de pacientes en todo Reino Unido fueron infectados con hepatitis C y el VIH, causante del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida), al recibir transfusiones, muchos de ellos de sangre importada de Estados Unidos, donde las donaciones pagadas eran una práctica común en ese entonces.
El gobierno estableció en marzo pasado un esquema de pago para los afectados con la sangre contaminada, en su mayoría enfermos de hemofilia, pacientes que necesitan la transfusión regular de sangre para hacer frente a la enfermedad.
El escándalo de sangre contaminada, considerado el peor desastre en la historia del sistema nacional de salud, habría afectado a unos siete mil 500 pacientes y causado la muerte de unas dos mil 400 personas.