San Diego, Cal. / Dic. 9
Las autoridades militares de la base aeronaval estadunidense de Miramar se mantienen herméticas sobre la caída de un avión caza F-18, que el lunes ocasionó la muerte de tres personas en el área de San Diego.
Voceros de Miramar se han limitado a informar que la nave se encontraba en una misión de entrenamiento, pero han evitado mencionar las posibles causas de la caída del aparato.
El avión de combate despegó del portaviones Abraham Lincoln y se dirigía a Miramar, según datos de la alcaldía de San Diego.
El piloto sobrevivió pero quedó colgado del paracaídas de emergencia en un árbol. Efectivos de Miramar y bomberos de San Diego lo bajaron y lo trasladaron a un hospital Naval, cerca del parque Balboa en San Diego.
Por lo menos tres personas murieron como consecuencia del desplome del avión caza F-18 en un vecindario al norte de San Diego, confirmaron los bomberos y el alcalde Jerry Sanders.
El vocero de bomberos, Maurice Luque, dijo que los cuerpos fueron encontrados en una casa que el avión destruyó e incendió, al desplomarse cuando le faltaba recorrer tres kilómetros para llegar a la base aeronaval de Miramar, donde tenía que aterrizar.
Bomberos y personal militar buscaban los restos de otra persona que aparentemente habría estado en el mismo domicilio destruido al momento del impacto.
Ninguna autoridad había identificado hasta la tarde de este lunes a las víctimas.
De manera extraoficial, un bombero informó a Notimex que las víctimas serían integrantes de una familia: la abuela, su hija y sus dos nietos.
Equipos del servicio forense del condado de San Diego extrajeron de una de las casa destruidas dos bolsas de plástico con restos de adultos y una con un menor.
Cerca del mediodía (07:00 GMT), el piloto del F-18 Hornet activó un mecanismo de emergencia del avión y salió proyectado en su asiento para salvarse, al abrirse su paracaídas.
El avión se estrelló en la zona residencial de University City, cerca de la Universidad de California en San Diego (UCSD) y cerca del suburbio de La Jolla, unos 35 kilómetros al noreste de San Diego.
Testigos del incidente informaron que el descenso del avión llamó la atención por el impactante ruido.
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