Washington, D.C.-
La contienda presidencial de noviembre próximo en Estados Unidos se redujo ayer martes a la largamente esperada confrontación entre el actual mandatario Barack Obama y Mitt Romney, quien se ha convertido en el virtual nominado del Partido Republicano tras la sorpresiva retirada del ex senador por Pennsylvania, Rick Santorum.
“He decidido poner fin a mi campaña, pero no a mi lucha por la clase media y por aquellos que no tienen voz”, aseguró Santorum, al confirmar el fin de trayecto para quien podría retornar como una nueva promesa en las presidenciales del 2016.
Fuentes de la campaña de Santorum reconocieron que a la mayoría de ellos les avisaron “a última hora” sobre los planes de suspender una campaña que ya desplegaba importantes recursos y voluntarios para mantener competitiva su candidatura en las primarias del próximo 24 de abril en Connecticut, Delaware, Nueva York y Rhode Island, donde sus posibilidades de victoria se antojaban lejanas.
“Tomé la decisión de suspender mi campaña después de consultarlo con mi esposa Karen. Y, aunque considero que sigo siendo una de las mejores opciones para cambiar la situación en este país, hemos decidido poner fin a esta contienda”, aseguró Santorum en un acto organizado en la localidad de Gettysburgh, donde compareció rodeado de su esposa y sus hijos.
Las versiones sobre el retiro de Santorum se habían multiplicado en el curso de las últimas horas, luego de la triple victoria de Romney en Wisconsin, Maryland y el Distrito de Columbia y tras conocerse la petición expresa del senador por Arizona y ex candidato presidencial, John McCain, quien sugirió al ex senador “salir con gracia” de la contienda.
El traslado de Santorum al hospital de Virginia donde se encontraba hospitalizada su hija menor, Bella, contribuyó a propagar las versiones de su posible retiro. El precario estado de salud de la menor de sus hijas fue mencionado este martes por el propio Santorum como uno de los factores para abandonar la contienda.
La salida de Santorum, quien había conseguido reagrupar el apoyo de la base conservadora y evangelista, ha sido la mejor noticia para Romney y para el Partido Republicano, que temían una convención dividida el próximo mes de agosto en Tampa, Florida. Su decisión de suspender su campaña marca el fin de trayecto para un hombre que consiguió entusiasmar a la base republicana más conservadora, mientras alejaba a los moderados, a las mujeres y a los independientes.
Desde los cuarteles de Romney, se emitió un comunicado que elogió la trayectoria de su hoy ex adversario. “El ex senador Santorum ha demostrado ser una importante voz en nuestro partido. Y ambos reconocemos la necesidad de terminar con los fracasos de la administración Obama”, señaló el comunicado.
Fuentes de la campaña del ex gobernador de Massachusetts reconocieron que, tras la salida de Santorum de la contienda, un importante número de estrategas se trasladará a los cuarteles generales del Partido Republicano en Boston para impulsar, desde ahí, las aspiraciones de quien se ha convertido en su virtual nominado.
Jim Messina, gerente de operaciones de la campaña a la reelección de Barack Obama, se limitó a emitir un breve comunicado para acusar a Romney —el inevitable contendiente—, de “sepultar” las aspiraciones de Santorum con una montaña de anuncios negativos que habían conseguido achicar sus apoyos en Pennsylvania. “Sin embargo, a diferencia con lo que ha ocurrido con Santorum, la maquinaria de Romney no podrá sepultar los logros y la presidencia de Barack Obama”, finalizó.
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