Buenos Aires, Arg. / Nov 16
A medida que cae en las encuestas, crecen las amenazas y advertencias del presidente venezolano Hugo Chávez.
Desde la clásica denuncia de intento de “derrocamiento” o de magnicidio” a la campaña orquestada desde el extranjero en su contra. Lo cierto es que a una semana de unos comicios cruciales para el futuro de su gobierno, el carácter, la pose, el discurso y los nervios del mandatario lejos están de la distensión. Su estado de ánimo y sus apariciones públicas se asemejan muchísimo al de los días previos al referéndum, que concluyó en una derrota y puso coto a sus intentos de reelección indefinida.
No le faltan razones. Una derrota en las elecciones para gobernadores y alcaldes, debilitaría a un mandatario que ya amenazó con “sacar los tanques a la calle si no aceptan los resultados”, “sancionar a las televisoras que den resultados antes de tiempo”, “meter en la cárcel a opositores” y todo el rosario de campaña electoral característico del jefe de Estado. Las encuestas son claras. El próximo domingo 23 de noviembre el chavismo podría perder entre cuatro y ocho estados, algunos de ellos clave para la cuantificación del chavismo, como Sucre, Zulia o Miranda.
Todos los sondeos caminan por territorio parecido. Incluso una de las consultoras afines al gobierno. “La oposición podría crecer en votos”, admite.
Por eso, Chávez llama a sus filas a reforzar la organización electoral, el Comando Maisanta, y amenaza con poner entre rejas a sus más enconados opositores, como el ex candidato a la presidencia Manuel Rosales o a su otrora correligionario, Ramón Martínez, gobernador de Sucre, al que considera “un asqueroso traidor”. Este sábado mismo fue detenido Aldala Makled, un candidato a alcalde que compite con un aliado de Chávez, por supuestos vínculos con el narcotráfico.
Pero la artillería pesada de poco sirve para revertir sondeos como los que dio a conocer el lunes la consultora Interclases (a partir de mañana domingo se prohíbe la emisión de encuestas), en donde el oficialismo aparece perdiendo “por una diferencia muy clara” en ocho estados: Bolívar, Carabobo, Guárico, Nueva Esparta, Sucre, Tachira, Yaracuy y Zulia.
Oscar Schemel, director de Interclases, dijo que hay otros seis estados con resultados indefinidos a 10 días de los comicios, como es el caso del estratégico Miranda, gobernador por el ex presidente Diosdado Cabello.
Ello representa una señal de alarma para la marcha del gobierno, tomando en cuenta que, en 2004, ganó en 20 de 22 estados y que la baja de los precios petroleros “apuran tiempos de vacas flacas en el terreno fiscal y de mayores problemas para la población de bajos recursos”, según el economista José Guerra.
Las deserciones dentro del chavismo, como la del partido Podemos, o las de algunas figuras de peso, vienen marcando un compás del retroceso que, a decir de analistas como Carlos Romero, “pueden abrir una nueva realidad política” para el gobierno. Por eso los nervios de Chávez parecen, cada vez más justificados.
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