México, D.F.-
La tasa de enfermos diagnosticados con cáncer en el Reino Unido es de 396 por cada 100 mil personas en el Reino Unido, mientras que son 451 estadounidenses los que presentan esta enfermedad por cada 100 mil habitantes.
Sin embargo, a pesar de que en Inglaterra, donde habita la mayor población del Reino Unido, hay menos probabilidades de tener cáncer, cinco años después de haber sido diagnosticados, sólo el 56% de los pacientes ingleses sobreviven, frente al 65% de los pacientes estadounidenses.
En Inglaterra y Gales, los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas muestran que las tasas de supervivencia variaron según la edad: 82% para las mujeres entre 15 y 49 años de edad y 37% de los varones mayores de 80.
Esta tendencia fue similar en Estados Unidos, ya que el 84% de las mujeres menores de 44 años y el 52% de los varones mayores de 75 sobrevivieron al cáncer.
Las cifras cambian cuando se observan las tasas de supervivencia para cánceres específicos. Por ejemplo, en cuanto a los tres tipos de cáncer más comunes entre los hombres norteamericanos (pulmón y bronquios, colon y recto y próstata) ellos parecen sobrevivir más tiempo que los pacientes ingleses.
A excepción de los cánceres de cuello uterino y útero, las mujeres estadounidenses también sobreviven los tipos de cáncer que presentan con mayor frecuencia (pulmón y bronquios, colon y recto, y mama) mejor que las mujeres inglesas hacen.
Margaret Gates, profesora asistente de epidemiología de la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, dijo al portal Quartz que hay una serie de factores que podrían explicar esta diferencia, como que los regímenes de tratamiento en Estados Unidos pueden ser más agresivo que al otro lado del Atlántico.
También puede haber diferencias de estilo de vida, asociados a la cultura y la composición racial de los dos países. Además, ambos países tienen diferentes sistemas de cuidado de la salud, el estadounidense se basa en seguros privados, mientras que el del Reino Unido es un sistema integral de atención médica nacional.
Otra razón que contribuye a esta brecha es el diagnóstico tardío. Las tasas de supervivencia miden la probabilidad de que un paciente sobreviva durante cierto período de tiempo después del diagnóstico, pero si se diagnostica (o se mal diagnostica) a un paciente oportunamente su probabilidad de supervivencia aumenta.
Si se supone que el sistema de salud en Norteamérica tiene un mejor servicio, el número de muertes por cáncer debe ser menor que en Inglaterra y Gales. Sin embargo, al revisar las estadísticas de mortalidad por cáncer resulta que no son muy diferentes para en ambos países.
La tasa de mortalidad por cáncer en Estados Unidos en 2010 fue de 172 decesos por cada 100 mil habitantes y para el Reino Unido fue de 178 por cada 100 mil. Esta es una diferencia menor si se compara con las tasas de incidencia de cáncer (451 por 100 mil, frente a 396 por mil).
A diferencia de Estados Unidos, donde los Centros para el control y la prevención de enfermedades tienen como objetivo específico mejorar la tasa de supervivencia del cáncer al 72%, el Reino Unido no tienen ninguna meta de salud determinada.
Sin embargo, por alguna razón, tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos, el número total de muertes por cáncer se ha reducido más de un 20% en los últimos dos años y sigue disminuyendo.
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