Ciudad del Vaticano.-
El Vaticano sustituyó temporalmente a Paolo Gabriele, el mayordomo papal sospechoso de robar documentos confidenciales de Benedicto XVI y filtrarlos a la prensa, con otro ayudante de nombre Sandro Mariotti.
Según informó el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, la sustitución todavía no puede considerarse como definitiva, aunque reconoció que el nuevo “ayudante de cámara” del Papa “ha dado una buena prueba de su servicio” en los últimos días.
“Hemos visto a Sandro Mariotti en funciones, incluso en los actos de Milán (del fin de semana), no creo que se deba considerar todavía como una decisión estable. Al menos no tengo conocimiento de una formalización del sustituto”, indicó a un grupo de periodistas.
“Evidentemente era la persona que estaba lista, disponible, e involucrada en esta tarea y llevó a cabo muy bien este servicio, incluso en una situación tan trabajosa como la de Milán, pero no pienso que aún su posición sea definitiva”, apuntó.
Entre el viernes y el domingo pasados Benedicto XVI cumplió una visita apostólica a esa ciudad del norte de Italia, con motivo del VII Encuentro Mundial de las Familias. Durante varios de sus actos públicos se pudo ver al mayordomo sustituto en acción.
Mariotti, conocido como “Sandrone”, trabajaba en la Florería de la Ciudad del Vaticano. No se trata de un negocio de flores sino de la dependencia encargada de almacenar y distribuir el mobiliario destinado a las oficinas de la Curia Romana.
Tras el arresto del anterior mayordomo por el escándalo “vatileaks” , la tarde del pasado 23 de mayo, sus tareas se repartieron entre las personas que prestan servicio en los aposentos pontificios.
Al extenderse su detención el secretario particular de Benedicto XVI, Georg Gaenswein, identificó en Mariotti al posible sustituto y lo convocó con el parecer positivo del prefecto de la Casa Pontificia, James Michael Harvey.
Mientras tanto Paolo Gabriele cumplió este martes su decimocuarta jornada detenido como presunto responsable de la sistemática sustracción de informes reservados del escritorio del pontífice y de su filtración a la prensa.
Se encuentra en una de las cuatro celdas de seguridad ubicadas al interior del cuartel general de la Gendarmería Vaticana. Debe responder al delito de “robo agravado”.
Sus días los ha transcurrido en la habitación de cuatro metros por cuatro en la cual sólo cuenta con una cama, un simple escritorio con una silla, una ventana, un crucifijo en la pared y un estrecho baño contiguo.
Su único contacto con el exterior lo ha tenido a través de algunos periódicos, bajo previa autorización del juez. Carece de televisión, cada día recibe la misma comida que los gendarmes y en varias ocasiones ha recibido la visita de sus familiares.
El pasado domingo asistió a la misa en una de las capillas ubicadas en el interior de los Jardines Vaticanos, hasta donde se trasladó custodiado por dos agentes de la Gendarmería que no requirieron esposarlo.
De acuerdo con los códigos jurídicos vigentes en el Estado papal Gabriele podría llegar a transcurrir 86 días más bajo el régimen de detención cautelar, antes de saber si es enviado a juicio o si es dejado en libertad por falta de mérito.
La ley establece que el arresto cautelar de un imputado durante la “fase de instrucción” se puede extender, en un primer momento, durante 50 días, renovables a otros 50 días: 100 en total. Pasado ese periodo debería ser puesto en libertad.
Pero los tiempos no se alargarán tanto ya que el juez instructor Piero Antonio Bonet comenzó la mañana de este martes los interrogatorios formales al mayordomo infiel, los cuales deberían abastecer a los investigadores de nuevos indicios sobre el “vatileaks”.
En las próximas semanas y gracias a la prometida colaboración del imputado se podrá aclarar su situación jurídica. Si se encuentran los elementos suficientes será enviado a un juicio oral y público que, de realizarse, sería histórico para la historia del Vaticano.
También este día Lombardi desmintió la hipótesis según la cual Paolo Gabriele habría operado durante meses como “doble agente” entrenado para descubrir a los verdaderos culpables de la fuga de documentos.
“En lo que me consta se trata de una noticia totalmente infundada, que no tiene la mínima credibilidad”, sostuvo el portavoz quien insistió que no le sorprendería si, en las próximos semanas, se hicieran públicos otros informes confidenciales.
“No me sorprenden y no me preocupan porque con una gran cantidad de documentos que han salido últimamente no podemos maravillarnos que existan otros en circulación y que puedan ser utilizados para mantener la atención sobre este asunto”, apuntó.
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