Moscú, Rusia.-
Y todo valió la pena… por ahora. Los 12 días que tardaron Carlos y Pedro para llegar a Moscú desde Lisboa tuvieron como recompensa la primera victoria de Portugal en el Mundial.
Estos dos amigos viajaron en una camioneta que se convirtió, además de su medio de transporte, hospedaje y hasta cocina, en una atracción más. Sobre todo para los asiáticos que fueron al Lushnikí para ver al portugués Cristiano Ronaldo.
Y de ahí se agarraron Carlos y Pedro para ofrecer las bufandas y camisetas de su selección, la portuguesa, venta con la que solventan los gastos del viaje, uno más en un Mundial, ya que en el exterior de su camioneta presumen boletos de ediciones anteriores como Brasil 2014 y Sudáfrica 2010.
Los aficionados asiáticos son grandes clientes cuando se trata de CR7 o Lionel Messi; en el caso de la colorida camioneta de Carlos y Pedro, curiosos que se acercan a tomarse una fotografía y si se dejan, a venderles uno de esos productos para pagar la gasolina del viaje.
“Nos fue bien”, dijo Carlos al final del juego. “Y me refiero a la venta para seguir por acá (en Rusia) y al partido, ganamos”. Estos dos personajes no dejan de sorprender a todos los que pasan por el estacionamiento al que se “colaron” para seguir con la aventura.
“Vamos a andar por aquí todo el Mundial y esperamos llegar a la final”, añadió Pedro, quién hasta se animó a dar su pronóstico en cuanto al rival para el duelo por el título: “Portugal vs México, esa va a ser la final, aquí nos vemos”.