Washington, D.C. / Ene. 16
El presidente electo Barack Obama insistió en que la recuperación económica de Estados Unidos deberá descansar en nuevas infusiones de gasto presupuestal e incentivos fiscales como los que prevé su plan.
En una entrevista con editores y reporteros del diario The Washington Post publicada este viernes, Obama dejó también en claro su intención de abocarse a la reforma del seguro médico para adultos mayores, conocido como Medicare, y del sistema de Seguridad Social.
Para el mandatario electo, la recuperación económica de largo plazo no podrá ser alcanzada a menos que el gobierno logre el control sobre estos programas sociales.
“Podemos resolver la Seguridad Social. El gran problema es Medicare, que no es sostenible, pero no podemos salvar Medicare en aislamiento de los más amplios problemas que presenta el sistema de cuidado médico”, dijo.
De acuerdo con estimaciones, Medicare podría resultar insolvente para 2019, en tanto que el sistema de Seguridad Social verá reducidos sus ingresos en los próximos años y con ello se verá forzado a acudir a sus reservas para pagar beneficios, que podrían agotarse para 2041.
Ambos programas representan los dos principales pilares del gobierno para ofrecer cuidado médico a la población de la tercera edad y jubilados, así como a las clases menos favorecidas.
Obama dijo que la discusión en torno a estos programas se iniciará el mes próximo durante una “reunión cumbre sobre responsabilidad fiscal”, antes de que presente su primer presupuesto al Congreso.
Señaló que su gobierno empezará a abordar los temas relacionados con la reforma de los programas sociales y el déficit presupuestal de largo plazo inmediatamente después de reactivar el empleo y el mercado bursátil.
El presidente electo reconoció empero que la tarea que se presenta por delante será enorme y impredecible. “No tengo una bola de cristal. Nadie lo puede decir”, afirmó Obama al ser interrogado sobre los plazos para que la economía inicie su recuperación.
Con todo, reconoció que “aun con las cosas que estamos haciendo, creo que podemos anticipar que 2009 va ser difícil”.
Obama prometió además que, frente a la debacle experimentada por el sistema financiero, su administración trabajará en la construcción de un nuevo sistema financiero regulador que inspire transparencia.
Asimismo reiteró su respaldo a una legislación que facilitará el derecho de los trabajadores a formar sindicatos, si bien reconoció que buscará hacerlo de una manera que no provoque el malestar del sector privado, y sin premura.
“Si estamos perdiendo medio millón de empleos al mes, entonces no hay empleados para formar sindicatos, de manera que mi enfoque será primero en los temas prioritarios centrales que he mencionado”, dijo.
Obama reiteró que hay una “casi unanimidad” entre economistas en que el gasto gubernamental ayudará a una recuperación del empleo, y añadió que algunos cálculos de la magnitud del estímulo que se necesita alcanzan ya 1.3 billones de dólares.
En este sentido reafirmó su posición de que sólo el gasto del gobierno ofrecerá los mayores beneficios en esta tarea y dijo que los estímulos fiscales en que han trabajado sus asesores alentarán el consumo y el gasto del sector de negocios.
El jueves los demócratas dieron a conocer detalles del plan de estímulo por 825 mil millones de dólares con que la administración Obama buscará hacer frente a la recesión estadunidense, con un enfoque particular en la creación de empleos.
En otro ámbito de ideas, Obama reafirmó su intención de cerrar la base de Guantánamo y ofreció una pronta intervención en la crisis en Medio Oriente, aunque evitó pronunciarse específicamente sobre el actual conflicto en Gaza al insistir que por ahora “existe sólo un presidente”, aludiendo a George W. Bush.
Discussion about this post