Washington, E.U.-
A punto de alcanzar los 6 años de su presidencia, Barack Obama, parece haber perdido toda su popularidad y carisma, al grado de ser considerado el peor presidente de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.
Incluso, peor que su predecesor George W. Bush, de acuerdo con los resultados de una encuesta que este miércoles difundió la Universidad de Quinnipiac, una de las más prestigiosas instituciones académicas.
Según el estudio, 33% de los electores estadounidenses considera que Obama es el peor mandatario de entre los 12 inquilinos que ha tenido la Casa Blanca tras ese conflicto. En segundo lugar se encuentra George W. Bush, con 28% de los votos. “En el periodo de 69 años de historia y 12 presidencias, el presidente Obama se encuentra junto al presidente George W. Bush en lo más bajo de popularidad”, dijo Tim Malloy, director adjunto de la encuesta.
El estudio demoscópico ilustra el desencanto de los ciudadanos con Obama: 45% de los estadounidenses cree que si el republicano Mitt Romney hubiera ganado las elecciones de 2012 el país estaría mejor; 36% considera que estaría peor.
El sondeo, realizado entre el 24 y el 30 de junio pasados, revela que el presidente mejor valorado es el republicano Ronald Reagan, con 35% de los votos, seguido de lejos por el demócrata Bill Clinton, con 18%, y de John F. Kennedy con 15%.
¿Dónde quedó el amor que millones profesaron a Obama en su histórica victoria 2008 y en su inapelable reelección de 2012? En las presidenciales de 2008, Obama conquistó la Casa Blanca con 52.9% del voto popular y, en las de 2012, lo hizo con 51%, un hecho sin precedentes desde la década de los 60.
Para el analista Taegan Goddard, la valoración negativa de Obama tiene qué ver con la corta memoria de los estadounidenses: “La valoración de dos de los presidentes más recientes como los peores parece sugerir que las evaluaciones de los estadounidenses están fuertemente influenciadas por lo que tienen justo frente a ellos en ese momento”, consideró.
“Poner más peso en la memoria de corto plazo, soslayando el contexto histórico de largo plazo, tiene sus grandes fallas… Como el historiador presidencial Michael Beschloss ya ha advertido anteriormente; siempre es prudente esperar algunas décadas antes de emitir un juicio definitivo sobre un presidente”, concluyó.
John King, uno de los analistas más respetados, coincidió: “Las encuestas son como ventanas que reflejan el ánimo de los estadounidenses en ese momento”, advirtió.
“Dentro de cuatro o cinco años, sospecho que estas cifras cambiarán sustancialmente”, vaticinó.
La indulgencia de los analistas y los historiadores hacia la presidencia Obama no es compartida por un puñado de entusiastas republicanos que no han desaprovechado los errores de la administración en la implementación de la reforma sanitaria o la crisis migratoria de los niños en la frontera, junto con la catastrófica situación en Irak y en Afganistán, dos naciones entrampadas en las guerras que emprendió George W Bush y que Obama ha intentado sofocar inútilmente. Detractores como el ex vicepresidente Dick Cheney le acusan de ser uno de los líderes “más débiles” en la historia de EU.
Sin embargo, desde las páginas del diario “The New York Times”, la columnista Maureen Dowd acusó a Cheney de querer aprovechar la confusión creada por la guerra sectaria en Irak para acusar a Obama y tratar de rehabilitar su imagen y la de W. Bush. “Quién hubiera pensado que la implosión en Irak daría cuerda a los charlatanes que nos engañaron con esa guerra y aprovecharan la oportunidad para tratar de buscar la rehabilitación tratando de convencernos de que tenían razón al cometer el error que hoy seguimos pagando”.
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