Washington, D.C. / Agosto 27.-
El presidente estadunidense Barack Obama visitará el domingo la región de Nueva Orleans que hace cinco años fue devastada por el huracán Katrina y aún tiene un largo camino por recorrer rumbo a la recuperación.
El 29 de agosto de 2005, el ciclón de categoría cuatro impactó con vientos de hasta 230 kilómetros las costas de tres estados, afectando a un millón y medio de personas.
Katrina, uno de los peores huracanes que ha afectado a Estados Unidos, acarreó una cortina de agua que, al fallar los diques de contención, dejó un saldo de más de mil 800 muertos y 80 por ciento de la ciudad de Nueva Orleans bajo el agua.
Más de 143 mil millones de dólares en fondos federales se han destinado a uno de los mayores esfuerzos de reconstrucción en la historia del país. El apoyo se ha dedicado a reforzar los diques y represas de Nueva Orleans, renovar edificios públicos, puentes y caminos, y a subsidiar a la población.
El Ejército estadunidense ha reconstruido un dique de 350 kilómetros de largo y tres metros de altura, que ya se conoce como la “gran muralla de Nueva Orleans” para proteger la ciudad de futuras inundaciones.
El sistema educativo ha sido rescatado y las autoridades informan que 59 por ciento de los estudiantes ya regresaron a las escuelas.
El domingo, Obama encontrará que una gran cantidad de casas aun devastadas coexisten con propiedades ya restauradas.
Una coalición de residentes le demandará el cumplimiento de su promesa de restaurar la costa del Golfo, que también enfrentó un desastre ambiental, ocasionado por el derrame de crudo durante tres meses luego de la explosión de la plataforma Deepwarter Horizon de la petrolera BP.
Sin embargo, los residentes de la zona tienen diferentes percepciones respecto a la dirección de los trabajos de reparación después de la devastación.
Según una encuesta de la Fundación Kayser, siete de cada 10 residentes en Nueva Orleans piensan que la reconstrucción “va en la dirección correcta”, mientras un tercio señaló que sus vidas aún están afectadas.
El sondeo mostró también que los afroamericanos en la región tienen dos y media veces más probabilidad de tener bajos ingresos que los blancos.
En días pasados, un juez federal encontró discriminatorio contra los afroamericanos el programa en Louisiana para distribuir ayuda a quienes perdieron su vivienda.
Aunque la mayoría de los residentes en el área de Nueva Orleans ha regresado a reconstruir sus casas, diferentes estimaciones indican que la ciudad perdió entre 20 por ciento y la mitad de su población.
Los vecindarios de afroamericanos, los más afectados por Katrina, son los más abandonados y estudios indican que la población más pobre ahora reside en los suburbios de la Nueva Orleans.
Reportes de prensa indican que sólo 24 por ciento de los residentes ha retornado a los nueve distritos en la zona más baja de la ciudad.
Mientras en el pueblo de Nola, Mississippi, unas 100 mil personas no han regresados después de cinco años de la devastación.
Aunque las autoridades en ese estado han señalado que existe un programa de recuperación de vivienda, activistas han subrayado que tres mil millones de dólares se han distribuido desproporcionadamente a residentes más ricos.
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