Monterrey, N.L. / Abril 19.-
Abel Guerra Garza es un hombre fuerte y decidido, gracias a ello logró dos reconocimientos por parte de Juan Pablo II. En 1993 durante la tercera visita del Sumo Pontífice a México, el equipo de seguridad formado por el entonces alcalde de Escobedo colaboró en el cuidado del llamado “Papa Viajero” y posteriormente en 1999 durante la cuarta permanencia.
“Es una circunstancia que aún no logro entender bien, siendo Presidente por primera vez en Escobedo se da lo de la tercera visita; el municipio estaba en crecimiento, sin ninguna infraestructura, tenía 20 policías y 200 mil habitantes, había muchos problemas de inseguridad, un municipio sin ley; llegué y armé una policía nueva en 1992, con ex militares, pero nos conjuntamos con un equipo de expertos en artes marciales, luego envié a unos representantes de los grupos a la academia de policía de los Ángeles, California y ellos capacitaron a los demás y así armé la policía.
“De ahí salió un grupo especial, todos expertos en artes marciales y tiro, y lo más destacado es que eran profesionistas, había abogados, ingenieros, entre otros, pero tenían pasión por cuidar de la ciudadanía. Ese grupo especial acabó con la inseguridad en el municipio en corto tiempo; entonces ese grupo, por alguna razón que yo desconozco, que nunca me di cuenta por qué o cómo, el Estado Mayor del Papa, antes de venir revisaron el país y decidieron que el grupo especial de Escobedo fuera el que le brindara la seguridad en todo México.
“Yo no sé cómo ni por qué, es algo que no me he podido explicar, seguramente como ahorita está sucediendo sin hacer ruido el municipio de Escobedo de pronto sale a la luz pública por el semáforo del delito y la iniciativa privada de que en Escobedo los índices delictivos son regulares, quizá fue algo similar”, dijo.
Guerra Garza detalló que desde que el obispo de Roma arribó a la República Mexicana, el grupo conformado por al menos 10 hombres brindaron la vigilancia.
“Por esa acción me dio un reconocimiento el Vaticano firmado por puño del Papa, algo que me llena de orgullo”, expresó el ex alcalde.
En enero de 1999, el Papa arribó a la gigantesca metrópoli mexicana por cuarta ocasión. Casualmente, Guerra Garza ocupaba la silla presidencial del mismo municipio.
“No viene a Monterrey, pero nuevamente me piden al grupo especial para que colaborara con el equipo de seguridad del Papa. Pasó igual reconocimiento al alcalde de Escobedo, y salieron muchos recortes periodísticos de las visitas. Durante esas dos permanencias no tuve contacto con él”, contó.
Comentó que a todas las personas que colaboraron en la seguridad, el Sumo Pontífice les dio su bendición.
El también ex candidato a la alcaldía de Monterrey, detalló que el grupo estaba conformado por el profesor Gerardo Reyes, quien lo encabezaba, el arquitecto José Guadalupe Hermosillo y Juan Carlos Montemayor, algunos de ellos aún laboran en Escobedo.
“Todos iban al lado del Papamóvil, para ellos fue una experiencia inolvidable y para mí una satisfacción muy grande. Ahora ellos son instructores de la policía federal, de corporaciones policiacas en todo América; después que dejaron de trabajar en el municipio hicieron una empresa y fueron la base que usó el general Hermelindo Lara, secretario de Seguridad, para recuperar la seguridad en Escobedo”, dijo.
Años atrás la idea de algún día conocer o visitar a Juan Pablo II no cruzó por la mente del priista, era difícil pensar en esa posibilidad. Ahora a su edad no descarta en poder visitar El Vaticano.
PARTICIPÓ EN LA PRIMERA VISITA A MTY
Durante la primera visita del Papa a Monterrey en enero de 1979, a Abel Guerra Garza, recién egresado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, le tocó participar como voluntario en la despedida de Juan Pablo II.
“Me tocó participar en la organización de la despedida, participé en tres visitas, la primera a Monterrey, la tercera y cuarta a México, pero esas dos con el grupo de seguridad de Escobedo”, contó.
El arquitecto tenía aproximadamente 23 años cuando fue invitado por un profesor de la UANL para estar en el evento y darle el adiós al Sumo Pontífice en el Aeropuerto Internacional de Monterrey.
Los grupos empresariales de Nuevo León se encargaron de organizar varios eventos y la cervecería Cuauhtémoc fue la encargada de organizar el último, por lo que seleccionaron a 10 mil alumnos de Jardín de Niños y hasta tercero de primaria.
“Fue un día que amaneció fresco, y en la noche estaba muy, muy frío, transportamos a los niños en 200 camiones, la cervecería a su vez pidió ayuda a la Universidad de Nuevo León y a mí me tocó coordinar a un grupo de jóvenes universitarios. Se hizo una estructura de personas que se encargaron del traslado y ubicación de los niños. Las 200 escuelas fueron seleccionadas por la empresa, cada una a su vez seleccionó a 50 alumnos y por cada escuela un camión que llevaba los alimentos necesarios, era un día de campo que iba a durar todo el día, pero arriba del camión”, recordó.
Guerra Garza fue el encargado de seleccionar al personal y designarlo a diferentes labores, como anécdota comentó que en ese tiempo no había celulares, por lo que se comunicaban con radios.
“La empresa puso a los lados del bulevar aeropuerto baños móviles y los 200 camiones, me acuerdo mucho que no había celulares y con radio de comunicación nos comunicábamos y todos éramos voluntarios. Me dio mucho gusto que nos pidieron apoyo, pero fue mucha gente que no eran universitarios, acudieron porque el hijo o el vecino iba a ir, y finalmente el 30 por ciento de los encargados fueron señoras de la colonia Del Valle o de colonias residenciales que nos ayudaban con tal de ver al Papa”, dijo.
La cita de los 10 mil niños fue a las 10: 00 horas de la mañana, pues la despedida estaba programada a las 17:00 horas, por lo que tenía que estar todo listo.
“Los niños estuvieron todo el día en el camión y los encargados tenían que entretenerlos con libros, cuentos, chistes; iba un maestro de cada escuela, total que se prolongó la visita que tuvo en el puente del Papa, cuando vino a inaugurarlo, por fortuna no tuvimos ningún problema o que algún niño se desesperara y eso que eran niños desde preescolar.
“El Papa llegó hasta las seis de la tarde, pero en el lapso que él iba a estar en el otro evento nosotros teníamos que acomodar a los 10 mil niños y cada camión tenía un número correspondiente al cuadro para formar una U, corrió cada encargado de los camiones para poder acomodarse y formar una “U”, de tal forma que el Pontífice los pudiera ver. Cuando llegó el Papa ya estaban todos los menores acomodados en su lugar, se suponía que él iba a ponerse enfrente de la “U” y de ahí saludar a todos, pero se salió del protocolo y hizo un recorrido más grande, saludó a muchísimos niños y bendijo a muchos, fue una experiencia muy grande”, dijo Guerra Garza.
Para el ex Secretario de Obras Públicas del gobierno de Nuevo León, la beatificación de Juan Pablo II el próximo 1 de mayo quedara grabada en la historia, más por el trabajo que desarrolló en vida al romper con los tabúes al modernizar y fortalecer la iglesia.
“Creo que la iglesia católica estaba en un adormecimiento, que no fuera revolucionando con la dinámica popular o social y Juan Pablo II fue un Papa que modernizó a la iglesia y la fortaleció, humanizó mucho las relaciones internas y rompió muchos tabúes, paradigmas y se acercó a otras religiones”, concluyó.
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