Guadalajara, Jal. / Octubre 19.-
La tribuna no es muy grande, pero el “¡México, México!” retumba como si fueran miles de gargantas. El apoyo es incondicional.
El Salón de Usos Múltiples de la Unidad Revolución impulsa a Victoria Montero en su cita con la historia, durante las semifinales del bádminton femenil de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011.
Se mueve a un lado. Corre al otro. Apenas alcanza a golpear la pluma con su raqueta. Su rival, la canadiense Michelle Li, la hace batallar. Victoria falla en su intento de devolución. “¿Por qué así?”, exclama, elevando la mirada en un gesto de coraje.
Quiere más, pero resulta casi imposible. Su adversaria le supera en potencia y precisión. La canadiense toca con suavidad el también llamado “gallito”. Lo pone donde quiere. A la afición mexicana no le queda de otra, más que aplaudir y reconocer su calidad.
Al final, el triunfo es para Li, por parciales de 21-10 y 21-7, pero Montero puede irse satisfecha tras colgarse una histórica presea de bronce. México nunca había conseguido una medalla en el bádminton femenil dentro de una justa continental.
“Estoy muy contenta con esta medalla de bronce y ahora a seguir entrenando para dentro de cuatro años poder ser campeona. La chica [Michelle Li] es muy buena, ya sabía que sería un partido fuerte, había analizado su juego y di mi mejor esfuerzo”, relata Montero, quien abandona la cancha entre gritos de “¡Vicky, Vicky!”.
“Estoy contenta por ese resultado, porque en singles femenil nunca había habido una medalla y el esfuerzo de muchos años ahora se ve recompensado”, concluye la deportista de 20 años de edad, nacida en Toluca.
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