Guadalajara, Jalisco / Octubre 23.-
Desde lo más alto del podio, la vida toma una perspectiva distinta. Sus 17 años la convierten legalmente en una niña. Pero la medalla de oro que lleva en el cuello, su segunda en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, hace de Alejandra Valencia una adulta del tiro con arco.
A su izquierda se encuentra Aída Román, con la presea de bronce orgullosamente postrada sobre su pecho. Alejandra le echa un vistazo y sonríe al identificar los colores. Luego, su mirada se dirige a las astas donde poco a poco se izan las banderas. Hoy dos idénticas. Es la premiación más mexicana en lo que va de la justa.
El tiro con arco ofrece al país un baño de gloria. Valencia no tiene edad para votar. Pero sí tiene puntería para dirigir sus flechas a un oro histórico, pues es el primero que obtiene México en la modalidad individual de este deporte.
Retumba el Himno Nacional en la grada. Alejandra canta después de andar el camino exclusivo para los campeones.
La gran final, ante Miranda Leek inicia con la suerte que siempre acompaña al campeón. La estadounidense voltea desesperada con su entrenador, que corre enloquecido hacia su lugar detrás de la línea de tiro. No tiene el tab necesario para lanzar la flecha. Encuentra un repuesto en la maleta y se lo lleva, pero sin tiempo suficiente para realizar el tiro. Valencia aprovecha y gana los dos puntos del primer set, a pesar de que en el primero de sus tres envíos sacó sólo 7 puntos.
Con tiros sólidos se lleva el segundo. El 4-0 huele a oro. Pero Miranda por algo es la principal favorita.
El tercer set resulta definitivo. Con un 9, Leek amenaza con forzar a un episodio más. No hay problema: Alejandra tiene puntería de oro. El ojo en la flecha. El corazón en el podio. El lanzamiento recorre en apenas instantes los 70 metros para caer justo en el centro. Un 10 que vale la presea dorada y desata la locura entre los aficionados.
“Yo me había mentalizado para ganar una medalla de oro, pero realmente no me esperaba tener las dos. Eso fue sorpresivo. Sabíamos que podíamos ganar la presea también por equipos, pero sinceramente no lo esperábamos”, explica instantes más tarde.
Cuando se acerca a la prensa, Margarita Zavala, primera dama de México, la intercepta. Palabras de felicitación, pero la plática se interrumpe cuando le pasan un teléfono móvil. Es el presidente Felipe Calderón.
El martes pasado, cuando comenzó la etapa clasificatoria del tiro con arco, celebró su cumpleaños número 17. Pero la vida, desde lo más alto del podio de ganadores, toma una perspectiva completamente distinta: hoy, Alejandra Valencia es la niña que se convirtió en adulta, lanzando flechas de oro.
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