México, D.F.-
Aunque todavía no se podrá abrir al público, debido a los trabajos de recuperación del edificio de La Ciudadela, la biblioteca personal del catedrático, escritor y diplomático Antonio Castro Leal, integrada por más de 50 mil materiales -38 mil libros y un fondo documental con cerca de 10 mil ejemplares-, está lista y terminada al 100%, según el proyecto del arquitecto Bernardo Gómez Pimienta.
El acervo reunido por el intelectual mexicano y ex rector de la UNAM, considerado uno de los Siete sabios de México, se ha dispuesto en dos crujías de la Biblioteca de México “José Vasconcelos”; allí están sus “joyas literarias” del siglo XVIII y XIX, allí están sus medallas y diplomas; allí están su busto y su fotografía.
El espíritu de Antonio Castro Leal está en los detalles, en las paredes tapizadas de libros, en los cientos de volúmenes encuadernados en rojo que conforman su preciada colección de literatura francesa, en los más de mil libros que contienen dedicatorias de escritores amigos: Pablo Neruda, James Joyce, José Vasconcelos y Justino Fernández, entre otros, esos volúmenes se concentran en cuatro libreros al centro de las crujías.
Esa presencia impalpable de Castro Leal determinó el diseño arquitectónico ideado por Bernardo Gómez Pimienta. El arquitecto no sólo quiso entender el emblemático edificio del siglo XVIII que albergará las bibliotecas de otros cuatro intelectuales mexicanos: José Luis Martínez, Jaime García Terrés, Alí Chumacero y Carlos Monsiváis, adquirida hace unos días, también aspiró a entender cómo Castro Leal organizaba sus libros y veía su biblioteca.
La solución fue una arquitectura “limpia”, con libreros de caoba de piso a techo, igual que en la casa del intelectual, con escaleras de vidrio color verde y barandales de acero, pero sobre todo colocando los libros exactamente igual cómo él los tenía organizados en su casa, por países.
Bibliotecas en diálogo
La biblioteca que fue adquirida por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) en 12.5 millones de pesos, como parte del proyecto de adquisición de bibliotecas personales, ha comenzado un diálogo con el acervo de José Luis Martínez -inaugurado en 2011, pero que igual que toda la Biblioteca de México está cerrado y será reabierto en otoño o en el último trimestre del año.
Fernando Álvarez del Castillo, director de bibliotecas, aseguró que los dos fondos que ya están terminados se complementan: “la José Luis Martínez está construida con base en la literatura mexicana, la literatura universal, algo de ciencia política y de muchas publicaciones periódicas; esta biblioteca (Castro Leal) tiene una pequeña colección de publicaciones periódicas, apenas llega a 10 mil o 12 mil materiales, pero tiene una colección muy importante de geografía, historia y literatura universal, de literatura de México y una colección privilegiada sobre Francia”.
Consuelo Sáizar, presidenta de Conaculta reiteró el diálogo entre esos dos sabios del mundo del libro mexicano en “La Ciudadela, la ciudad de los libros” y aseguró que terminarán a tiempo las otras tres bibliotecas: “en abril terminaremos la biblioteca Jaime García Terrés y empezaremos los trabajos para la Alí Chumacero y la Carlos Monsiváis”.
La funcionaria cumplirá su meta de dejar listas cinco bibliotecas personales pero no logró adquirir la biblioteca de alguna escritora: “Hay pocas bibliotecas de mujeres, es muy buena la de Margo Glantz, la de Elena Poniatowska, era muy buena la de Julieta Campos; se podría decir que los hombres han tenido más afán e interés bibliográfico”.
Lo que ha previsto es dejar una lista de acervos importantes de mexicanos, por si la siguiente administración decide continuar con la adquisición de bibliotecas personales.
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