México, D.F.-
Horas después de que Sealtiel Alatriste anunciara su renuncia al Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores, el rector de la UNAM, José Narro Robles, le aceptaba su dimisión como coordinador de Difusión Cultural en la Máxima Casa de Estudios.
Minutos después de conocer la noticia, el grupo de escritores -entre los que se encontraban Ernesto Lumbreras, Carla Faesler y Gerardo Ochoa Sandy-, que el pasado sábado 11 había publicado una carta abierta en el sitio change.org, concluía sus acciones con la frase: “Renuncia Alatriste al premio. Gracias a todos. Logramos el cambio”.
El editor y escritor que ha sido acusado de varios plagios, en entrevista radiofónica con Carmen Aristegui reconoció que cometió un error al no citar información en sus trabajos, pero dijo que no considera haber plagiado ni engañado a nadie porque “la información sustancial de mis textos no contiene datos copiados”.
Las críticas por plagios realizados por Alatriste comenzaron a circular al día siguiente de que se conociera la noticia de que era uno de los dos ganadores del Premio Xavier Villaurrutia 2012, otorgado por su ensayo “Geografía de la ilusión” y por la novela “Ensayo sobre la ilusión”.
Guillermo Sheridan y Gabriel Zaid, en el blog de la revista Letras Libres cuestionaron la concesión del premio a un “plagiario”; Sheridan expresó que era “una pena que un escritor engañe: las letras y la inteligencia mexicanas configuraban un espacio de honestidad en un país proclive a la mentira”.
Vinieron entonces las críticas de Jesús Silva-Herzog Márquez y las acciones del poeta Aurelio Asiain, quien desde su cuenta de Twitter (@aasiain) cerraba cada uno de sus microtextos con la frase: “Y además creo que el plagiario Sealtiel Alatriste deshonra a la UNAM”.
Al tiempo que aceptó la renuncia de Alatriste -con fecha de ayer-, la UNAM nombró como encargada del despacho a Julieta Giménez Cacho, quien se desempeñaba como secretaria Técnica de Programación y Asuntos Internacionales de esa dependencia.
Las críticas y la recaudación de firmas que impugnaban el Premio Villaurrutia para Sealtiel Alatriste de los llamados “escritores contra el plagio” fueron letales. El argumento fue: “No se puede premiar el plagio. Quien plagia no es escritor, sino un ladrón de ideas y palabras”.
Sealtiel Alatriste sólo comentó que jurídicamente se había asesorado y que el hecho no se puede considerar como plagio.
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