Guadalajara, Jal. / Octubre 21.-
En la sección editorial de la edición 716 de El Semanario, publicación de la arquidiócesis tapatía que se distribuirá el próximo domingo, el sacerdote Antonio Gutiérrez Montaño, director y editor de la publicación, alude al jefe de Gobierno capitalino sin llamarlo por su nombre una sola vez.
El texto titulado “Merecemos un dictador como precandidato” critica los dichos de Marcelo Ebrard, quien llamó “cavernal” y “cobarde” al purpurado.
“Se lanzó nuevamente contra el Arzobispo de Guadalajara, y volvió a exhibir su incompetencia política y su bajo perfil como estadista, al rebajarse llamando, con diferentes ofensas, al Cardenal jalisciense. Mientras estaba presentando un proyecto de tipo cultural, mostró su nivel y el de su cultura, al referirse como lo hizo”.
“No supo distinguir si estaba en un palenque o en un centro de cultura, y se expresó de la forma que mejor le sale. Este nuevo exabrupto confirma que el asunto de la canasta de huevos no fue una cosa aislada (aunque fueran huevos ajenos), y que, en realidad, no se ha apegado al margen jurídico. Si ha utilizado la Ley es porque le reporta la forma de aplicar su poder. Con el fuero que tiene, a él nadie puede acusarlo; puede decir lo que quiera, cuando quiera y como quiera”.
El también vocero del arzobispado expresa que el pleito Sandoval Iñiguez – Ebrard no es entre iguales.
“No se trata de un pleito entre personas con iguales derechos y obligaciones. Él sólo tiene derechos, pero no tiene obligaciones. Se trata de una contienda desigual, y de esto se aprovecha”.
Para Gutiérrez Montaño, el jefe de Gobierno, además, es ignorante.
“Es preocupante la actitud de animadversión que está mostrando hacia la Iglesia católica en distintos temas sociales y, particularmente, porque en el mismo evento citó de manera mordaz los casos de Galileo, Hidalgo y Morelos. Con supina ignorancia los equiparó, desconociendo, intencionalmente, o interpretando los hechos a su modo, el desenlace de cada uno”, fustigó.
En el escrito de nueve párrafos, el presbítero Antonio Gutiérrez también asegura que Marcelo Ebrard no es un auténtico militante de izquierda.
“Respecto del tono que está tomando esta discusión, resulta importante decir que un auténtico militante de izquierda no presume, solamente delante de los Medios, el valor que supuestamente tiene para encarar sus diferencias personales”.
“Un militante de izquierda proyecta su entereza, su valor y sus convicciones asumiendo los grandes retos de su Gobierno para actuar a la altura de las circunstancias, sobre todo para favorecer a los más necesitados y para construir las condiciones necesarias que permitan el diálogo y el progreso en la Sociedad”, puntualizó.
Al destacar las aspiraciones políticas del jefe de Gobierno del Distrito Federal, el vocero del Arzobispado lo llama convenenciero.
“Y es que los tiempos se le han apresurado. Ya tiene decidida la solicitud de licencia a su cargo de jefe de Gobierno antes del segundo semestre del próximo año, para dedicarse a recorrer la República como parte de su campaña por la Candidatura Presidencial. Aunque primero tendrá que resolver el conflicto que la separación de su cargo implique entre su ex Tesorero y su actual Secretario de Gobierno, por ocupar la silla que dejará vacante, y la división que su ambición ha causado con el ‘presidente legítimo'”.
“Así resuelve sus diferencias: sin convicciones y con prepotencia. Pero esta actitud no debe admirarnos. Rechazó el Gobierno del Presidente Felipe Calderón, pero ahora le pide ayuda a sus organismos de poder para acabar con sus pretendidos enemigos. ¡Qué contradicción! ¿Reconoce o no a Calderón? ¿O sólo cuando le conviene? Porque en muchas ocasiones su huída ha sido cómica, antes de tener que estrechar la mano del Ejecutivo. Como ha apuntado otro comentarista: Así son los dictadores, que deciden quiénes lo merecen y quiénes no”, concluye.
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