México, D.F.-
El pasado jueves el grupo tropical originario de Puebla, Blanco y Negro celebró sus 25 años de vida en donde mostró que tiene herramientas suficientes para destacar en el mercado mexicano, aunque por otro lado pareciera que quiere estancarse en ser una agrupación que ameniza “fiestas de casa”.
La celebración del vigésimo quinto año de vida de la agrupación más destacada del estado vecino de la ciudad de México se realizó en el Complejo Cultural Universitario de Puebla, donde el derroche de luces y melodías no se hizo esperar.
Tres bloques fueron los que conformaron esta presentación de casi tres horas: covers que han grabado, las melodías grabadas por ellos y la “fiesta roquera-disco-anglo”.
La llamada “Elegancia Musical de México” en el libreto lució impecable y para dar más realce a su aniversario contaron con la participación de un destacado número de músicos de cámara y orquesta, además de que el juego de luces y el sonido complementaron lo que visualmente era perfecto.
Fue así que entre Mery Martínez y Óscar Bonilla, los vocalistas de la agrupación interpretaron melodías como “Hechicera”, “Melina”, “La negra Celina”; así como un popurrí de canciones de Espinoza Paz: “Lo intentamos”, “Así o más”, “El próximo viernes” y “24 horas”.
Ellos también ofrecieron varios temas de la música disco de los años 70 además de canciones pop y rock en español como “La Muralla”, “Isabel”, “Ni tú ni nadie”, “Fiesta en América” y “Cuando calienta el sol”.
Como bien indica Mery son 25 años que se han dedicado a hacer lo que les gusta sin importar la crítica, aunque aquí la diferencia es que precisamente esta es la que en muchos casos hace trascender a las agrupaciones, la que en casos obligados les hace dar el último estirón para su carrera.
Tres bloques musicales que se ejecutaron de manera impecable, pero tal vez, lo que esperaban varios conocedores de la música ahí reunidos, era el oír la música que identificara a Blanco y Negro, escuchar su esencia, su espíritu, su estilo, algo que todavía no hallan o no buscan conseguir.
Es cierto, fue una celebración y en eso se queda en una fiesta “entre amigos”, un recorrido musical de 25 años y varias personas esperan que no pasen otros 25 para que por fin Blanco y Negro pueda presumir que ya es un grupo de “grandes ligas”.
Por lo pronto, las felicitaciones no dejaron de llover sobre la familia Ramírez, en especial para Raúl y Francisco, fundadores de la agrupación, aunque el reto viene muy grande para uno de los grupos representativos del sabor poblano.
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