México, D.F.-
Exploraciones recientes en el sitio arqueológico Comala, Colima, han permitido determinar que el carácter urbano en esta zona del Occidente de México surgió hace dos mil 200 años, aproximadamente, y no hace un milenio, como señalaban investigaciones anteriores.
La arqueóloga María de los Ángeles Olay así lo informó y dijo que las características de los vestigios arquitectónicos de Comala, señalan su pertenencia a la llamada Tradición Teuchitlán, localizada hacia el noroeste de Jalisco, en las inmediaciones del volcán de Tequila, y que se distingue por asentamientos de plataformas y patios circulares, destaca en un comunicado del Instituto Nacional de Antroplogía e Historia (INAH).
“Las dimensiones de los círculos (plazas) de Comala, lo definen como un sitio monumental y por tanto, relevante en el desarrollo de la región, pues su acondicionamiento se remonta a 200 años antes de Cristo, mientras que en los primeros cinco siglos de nuestra era, experimentó su auge y su caída, siendo contemporánea con Teotihuacan, la gran urbe del Altiplano Central. De ahí que es una zona arqueológica temprana para el área de Occidente, y en específico para Colima”, destaco la especialista responsable de este proyecto arqueológico.
Al pie del volcán de Fuego, y delimitado por el cauce de los ríos San Juan y Suchitlán, el sitio arqueológico Comala fue explorado en los años 80 por el equipo del proyecto Atlas Arqueológico Nacional, y de manera sistemática a partir de 2006, por parte de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Colima.
Las prospecciones han permitido determinar la existencia de tres plazas circulares de carácter ceremonial, la mayor con 200 m de diámetro, y constituida por 16 estructuras alrededor de la gran banqueta que rodea al círculo. Las otras dos plazas oscilan en los 120 m y 80 m de diámetro, respectivamente.
La arqueóloga añadió que antes de los trabajos de exploración en Comala, no se había encontrado en otros asentamientos prehispánicos de Colima, uno que pudiera ser considerado como un centro rector hacia 200-300 d.C., es decir, entre los llamados periodos Formativo Terminal y Clásico Temprano.
En el caso de Comala, la evidencia arqueológica indica que fue un centro ceremonial, en el que las comunidades agrícolas de los alrededores se concentraban para efectuar rituales, en los que legitimaban a los linajes dominantes por medio de ceremonias dedicadas a los ancestros. Así lo hace suponer la presencia de al menos dos tumbas de tiro en el sitio, con una antigüedad que fluctúa entre los mil 500 y dos mil años.
“Los restos de un antiguo saqueo dejaron a la vista una tumba de tiro de tres cámaras que fueron excavadas en tepetate, las cuales probablemente contenían ofrendas destinadas a personajes de alta jerarquía”.
Asimismo —abundó—, “nosotros también tuvimos la oportunidad de documentar otra tumba de tiro con dos cámaras, y un pasillo con escalinata que conecta a ambas. Todo indica que fue hecha entre 200 y 300 d.C., utilizando herramientas de piedra, y que fue profanada en tiempos prehispánicos; sólo recuperamos algunas piezas, como la figura de un acróbata, representativo del Occidente”.
Todos los vestigios descritos y recuperados en Comala, corresponde al patrón de asentamiento que caracteriza el área centro-norte de Jalisco, abundó Olay.
Comentó que el proyecto arqueológico de Comala actualmente está en la fase de análisis de materiales recuperados mediante salvamento, en la cual se determinará la antigüedad de los objetos.
“La existencia de una zona arqueológica en el municipio de Comala, el cual forma parte del programa Pueblos Mágicos, y es conocido por sus huertas de café, tamarindo, mangos y zapotes, significaría un atractivo más para esta localidad, pero sobre todo, un aporte al conocimiento del pasado prehispánico de esta población”, concluyó.
Discussion about this post